Cuando te enfrentas a lo desconocido, tu cuerpo reacciona. Te da nervios, curiosidad y a la vez, miedo. Un reto implica exponerse a algo más grande que tú y escuchar a esa pequeña parte que desde un rincón de tus entrañas, grita: “¡Ni se te ocurra!” Hay quienes escuchan esa voz y le hacen caso. No todo el mundo está dispuesto a asumir el riesgo. Sin embargo, hay quienes la acallan porque saben que la recompensa es mucho más grande que todo lo demás.

Esta Colección es un conjunto de 11 Rutas que recorren el Camino portugués de Santiago. Si lo que quieres es una primera toma de contacto con este tipo de experiencia, esta es la mejor opción. Gran parte del trayecto se hace siguiendo la línea de la costa, por lo que el desnivel es muy suave. Eso sí, las etapas son largas, por lo que una mente serena ha de ser tu mejor aliada.

De eso trata esta aventura, de plantarle cara a lo desconocido asumiendo las cosas buenas y también las malas. El cansancio te acompañará todos los días pero también la ilusión de pensar que cada vez queda menos para alcanzar tu meta.

Este camino incluye playas de arena fina, bosques de un extraordinario color verde, riachuelos de agua cristalina, jardines sacados de cuentos de hadas, construcciones emblemáticas, panorámicas bucólicas y olores… olor a mar, a pino, a eucalipto, a tierra mojada. Vas a compartir trayecto con muchas personas, probablemente de muchos países de la esfera, y todas ellas te desearán un buen camino.

Recuerda que vas a pasar por muchos lugares que deben ser respetados y preservados para que este tipo de viaje pueda seguir realizándose sin restricciones. Como dice el dicho: “Donde fueres, haz lo que vieres”.

La mejor época para completar este recorrido es desde mayo hasta finales de octubre. No obstante, Galicia es una comunidad muy lluviosa, así que esta estimación puede variar cada año dependiendo de la predicción meteorológica.

El punto de partida es Oporto, segunda ciudad más importante de Portugal. Puedes llegar hasta aquí de muchas formas: en tren, en autobús, en coche o en avión. Si eliges viajar con tu vehículo propio, ten en cuenta que una vez llegues a Santiago de Compostela, debes regresar a Oporto. En el destino puedes optar por coger un avión, un AVE o un autobús; la ciudad está muy bien conectada, así que todo depende de tus preferencias y del lugar al que te dirijas.

Asimismo, el itinerario está pensado para personas que estén en cierta forma física y que, aunque no hayan realizado nunca un viaje de este tipo, tengan resistencia y estén acostumbradas a hacer caminatas largas.

En cuanto al alojamiento, he optado por señalar los albergues públicos que hay al final de cada etapa. Para acceder necesitas la credencial de peregrino. No se pueden reservar y se van llenando por orden de llegada, así que si quieres asegurarte una cama, tienes que empezar a caminar de madrugada. Si prefieres ir sin prisas, te aconsejo que reserves todos los alojamientos con tiempo. En Caldas de Reis no hay alojamientos públicos, por lo que debes reservar un hotel o albergue privado con antelación.

Todos los días tienes acceso a servicios de supermercados, cafeterías, restaurantes, etc. Sin embargo, te animo a que leas la descripción de cada Ruta para informarte en detalle. También suele haber fuentes o comercios donde puedes comprar agua, pero mi recomendación es que siempre lleves de sobra para evitar problemas. Ten a mano también barritas o frutos secos, así como ropa para la lluvia y una funda para la mochila.

En cuanto al calzado, te recomiendo que lleves unas zapatillas deportivas, como las de running. Nada de botas o zapatillas rígidas; este camino requiere comodidad, no adherencia.

Dicen que la peregrinación es un camino de ida. Así que, como las huellas de los versos de Machado, serán estas las que hagan el camino y las que den forma a la persona que fuiste, eres y serás.

¡Buen camino!