“Italia sin Sicilia no grabaría ni una sola imagen en el alma. Aquí se encuentra la clave de todo […]. La pureza de los contornos, la suavidad del conjunto, la degradación de los tonos, la armonía del cielo, el mar, la tierra ... quien los ha visto una vez no los olvida en toda la vida”. Así describe Goethe a Sicilia en su libro "Viaje a Italia" y, aún hoy, estas palabras escritas hace más de doscientos años, reproducen perfectamente la imagen de esta isla única.

Lo que fascinó a Goethe y sigue llamando la atención hoy en día es la extraordinaria variedad que ofrece esta tierra. Sicilia es como una piedra preciosa con mil facetas.

Ningún lugar del mundo puede ofrecer una presencia tan densa y amplia de yacimientos arqueológicos (desde templos griegos a palacios normandos pasando por la arquitectura árabe y romana). Yacimientos que atestiguan el paso de diferentes pueblos y culturas por estas fértiles tierras. Esta multiculturalidad también se encuentra representada en la deliciosa cocina siciliana, con platos que reflejan las tradiciones culinarias de varios países de la cuenca mediterránea. Así, el ser humano ha moldeado esta tierra a lo largo de los siglos, pero es la propia naturaleza de la isla la que abarca una extraordinaria variedad de paisajes: desde el mar hasta la montaña, desde las mesetas bañadas por el sol hasta los valles verdes. No es de extrañar, pues, que un observador agudo y viajero experimentado como Goethe quedara tan impresionado por esta magnífica isla.

La Colección, sin embargo, no se refiere al itinerario seguido por Goethe, sino a la opción más aventurera conocida como la Sicilia Divide. La Sicily Divide nació de la idea de redescubrir la parte menos conocida de Sicilia, es decir, su interior. Partiendo de esta base, se ha proyectado un sendero que corta la isla de oeste a este, desde Trapani hasta Catania.

Además del trazado, en la página web sicilydivide.it podrás encontrar mucha más información útil para organizar tu viaje: datos de contacto de los alojamientos y la localización de los talleres que se encuentran en la Ruta, por ejemplo.

Se trata de una Ruta diseñada para bicicletas de gravel o de montaña con varios tramos sin asfaltar que se recorrerán por carreteras secundarias. La Ruta es exigente: casi todas las etapas superan los mil metros de desnivel por día y rondan los setenta kilómetros.

Un consejo al planificar el viaje: el interior de la isla está menos habitado que las costas y un buen suministro previo a la salida de agua y alimentos se hace imprescindible. Sin embargo, puedes contar con la fabulosa hospitalidad de los sicilianos, siempre dispuestos a echar una mano en caso de necesidad: te paras a pedir un poco de agua y te vas con un bocadillo de queso ricotta en el estómago y un cannoli en la mochila.

Otra cosa que se debe tener en cuenta es la época del año en la que emprender el viaje. El verano en Sicilia puede ser muy caluroso, especialmente en el interior, donde no hay mar para mitigar las temperaturas. Al mismo tiempo, en invierno, las escasas pero abundantes y repentinas lluvias convierten los caminos de tierra en extensiones de barro difíciles de transitar incluso a pie. El otoño y la primavera son las mejores épocas, especialmente esta última, en la que la naturaleza ofrece un fantástico espectáculo de renacimiento.

Sólo hay que subirse a la bicicleta y explorar esta isla única y fascinante.