Si te has iniciado recientemente en el ciclismo de montaña y quieres conocer más allá de las pistas y parques urbanos y periurbanos, el piedemonte de la Sierra de Guadarrama tiene un patrimonio natural y cultural ideal para que lo recorras en tu bici y te enganches para siempre a las ruedas gordas.

En esta aventura te propongo recorrer lo más significativo de la zona baja de las montañas de la vertiente madrileña de la sierra. Durante 115 kilómetros pedalearás por pistas fáciles de tierra que conectan encantadores pueblos serranos y sus entornos agrícolas y rurales.

También conocerás algunos de los singletracks que cautivaron a muchos ciclistas de montaña que hoy surcan las trialeras más desafiantes en sus monturas. Y sobre todo podrás disfrutar del paisaje y sus aromas a jara, tomillo y romero a tu ritmo y sin prisas mientras saboreas cada metro de la Ruta.

Es cierto, cualquier ciclista avanzado podría hacer esta vuelta en un solo día. Pero solo disfrutaría del deporte y sus desafíos físicos y técnicos. Lo que yo te propongo es hacerla en dos etapas que la hacen más asequible al ciclista promedio que busca una aventura al aire libre sobre ruedas que le lleve a reconectar con la naturaleza. Te dejo la Ruta completa de todos modos por si quieres hacerte la hazaña en un solo día.

La primera etapa es la más fácil ya que transcurre íntegramente por pistas forestales, calles asfaltadas y carreteras. Pero también es muy escénica porque empieza en la parte más alta del recorrido y en muchos de sus tramos hay miradores desde los que se puede elevar la vista hacia las cumbres y admirar la zona más baja desde arriba. La etapa termina en Moralzarzal, un pueblo que cuenta con todos los servicios de hospedaje y restauración.

La segunda etapa es más larga y con más desnivel. También incluye el paso por un par de zonas de singletrack en la sierra de Hoyo Manzanares y en Mataelpino, pero son sendas sin demasiada dificultad que te harán aficionarte a los caminos más estrechos y mejorar la conducción. Esta etapa también pasa por las estructuras medievales del puente del batán y el castillo de Manzanares el Real que dan testimonio de la importancia del granito y la cantería en la sierra de Guadarrama. El granito es el hilo conductor del paisaje y mucha de la actividad económica histórica en estas montañas.

La ruta es circular, empieza y termina en el pueblo de Navacerrada. Aquí puedes llegar en el autobús 691 desde Moncloa o dejar un coche en el pueblo y recogerlo al segundo día. Lo ideal es hacerla en primavera y otoño. En primavera las jaras podrían estar en flor y el olor típico de estas tierras es muy agradable. En otoño hay buenas temperaturas y en algunos tramos podrás disfrutar del paisaje que se torna amarillo y marrón. También se podría hacer en invierno y verano, pero las temperaturas son más radicales. Este itinerario también es ideal para ir muy ligero de equipaje, se pasa constantemente por pueblos que cuentan con acceso a fuentes de agua y alimentación por lo que solo deberás llevar repuestos, hidratación y lo suficiente para dormir una noche.

La ruta se puede hacer con una BTT rígida o sencilla. Si quieres ir más cómodo también una doble suspensión ligera es ideal. Puedes usar neumáticos muy rodadores para aprovechar los tramos por pista y asfalto. El piedemonte madrileño te cautivará.