La isla de Córcega es verdaderamente adictiva para los ciclistas experimentados. Si es tu primera visita, querrás volver una y otra vez a la isla para explorar sus innumerables carreteras y puertos. Kallisté, "la más bella", como la llamaban los griegos en tiempos de Homero, es, en efecto, increíblemente hermosa y está repleta de pequeñas carreteras de montaña.

En esta Colección de unos 830 kilómetros, que he dividido en ocho etapas, descubrirás el interior de la Córcega menos conocida.

Sus numerosas cascadas, ríos cristalinos, bosques impenetrables, formaciones de granito que parecen catedrales rupestres, gargantas y cañones, así como sus espectaculares pueblos encaramados, pronto no tendrán secretos para ti.

Vas a atravesar estos puertos con la tranquilidad de saber que apenas encontrarás tráfico. Al completar esta Colección podrás añadir a tu lista de conquistas ciclistas los puertos de Bavella, Sorba y Vizzavona, por citar sólo los más conocidos.

Para hacer más completa la exploración de la Córcega meridional, he optado por recorrerla por etapas lineales de punto a punto y no por bucles cerrados. Además de disfrutar con las increíbles Rutas, en esta Colección vas a visitar las bellas localidades de Bonifacio, Propriano y Sartène, así como parte de la costa sur. Sería una pena irte de esta montaña en el mar (como la llamó tan sabiamente Guy de Maupassant) sin haber probado las caricias de sus más bellas playas de arena blanca.

Con la fuerza de tus piernas y tu voluntad, descubrirás los rincones más especiales y auténticos de este departamento francés.

Esta Colección es exigente y es solo para los más ambiciosos y resistentes. Sólo hay que ver el número total de subidas o el desnivel acumulado en cada etapa para entender el reto que representa.

Teniendo esto en cuenta, es mejor no llevar demasiado equipaje. Una buena bicicleta de carretera con alforjas me parece la mejor solución. Al final de cada etapa, ya sea en un pequeño pueblo de montaña o en una ciudad costera, encontrarás restaurantes y lugares para dormir. Sin embargo, en caso de querer acortar unos días el viaje, tendrás que portar también lo necesario para acampar.

Hay que llevar ropa para la lluvia y el frío. Córcega es una montaña y su clima es cambiante.

Para vivir esta aventura, te recomiendo viajar entre mediados de abril y finales de octubre, las épocas más agradables del año. En concreto, mayo y septiembre son los mejores meses porque es casi seguro que habrá buen tiempo, sin los inconvenientes del turismo de masas en los lugares famosos de la isla.

El recorrido comienza y termina en la ciudad portuaria de Ajaccio, capital del sur de Córcega. Al igual que muchos visitantes, es probable que llegues hasta aquí por mar. Si lo haces en avión, no será un problema, ya que el aeropuerto está cerca del centro de la ciudad. La ruta marítima sigue siendo la más fácil, ya que puedes transportar tu bici sin tener que desmontarla ni empaquetarla.

¡Solo me queda desearte que disfrutes de las subidas!