Empordà medieval — La huella románica del Condado

A finales del siglo X, Cataluña estaba dividida en doce condados, entre ellos el Comptat d’Empúries, que se extendía desde los Pirineos más orientales hasta el macizo del Montgrí. En Europa, la relativa estabilidad que proporcionaba la nueva forma de organización social del feudalismo y el creciente poder eclesiástico favorecieron la construcción de iglesias y monasterios. No hay que olvidar que se cumplían mil años del nacimiento de Jesucristo y el espíritu del final de los tiempos estaba más presente que nunca en los fieles. En ese momento, las iglesias y los centros monásticos eran vistos como una vía segura a la salvación.

Al mismo tiempo, un estilo inspirado en las técnicas y formas del arte romano se abría paso por toda Europa: el arte románico. La unidad cultural y religiosa vino también de la mano de la solidez de la piedra con la que se construían iglesias, monasterios y también castillos.

Esta Colección propone un viaje a través del tiempo por el Comptat d’Empúries, una de las áreas en las que mejor se puede apreciar el legado arquitectónico del arte románico que se desarrolló del siglo X al siglo XIV.

Geográficamente, el Comptat d’Empúries comprende diversos paisajes. La gran planicie de l'Empordà, eminentemente agrícola, está situada entre las desembocaduras de los ríos Fluvià y Muga, de litoral bajo y largas playas. Hacia el interior se sitúa Terraprims, un territorio más ondulado, también de carácter agrícola. De naturaleza más agreste, el Cap de Creus y las montañas de la Garrotxa d’Empordà ponen el contrapunto. El Cap de Creus se caracteriza por su litoral rocoso y de grandes acantilados, mientras que la Garrotxa d’Empordà ofrece una progresiva transición entre la llanura fluvial y las primeras sierras que van construyendo los Pirineos.

A través de cuatro etapas pensadas para bicicleta de gravel o de montaña recorrerás antiguos núcleos medievales que han perdurado casi intactos. Son pequeños pueblos que aún conservan el encanto de sus calles empedradas, antiguas murallas, castillos, iglesias, monasterios… Todos y cada uno de los lugares de interés en esta Colección corresponden a estas construcciones medievales. Algunas se encuentran hoy en el centro de los cascos urbanos, otras en parajes más recónditos que aprovechan los privilegiados emplazamientos de la costa ampurdanesa o las primeras estribaciones del Pirineo.

La dificultad de la Colección depende principalmente de la distancia y el desnivel de cada Ruta, ya que la mayor parte del recorrido transcurre por tranquilas carreteras secundarias asfaltadas y pistas agrícolas en buen estado. Las dos Rutas de mayor dificultad son aquellas que ascienden hasta el monasterio de Sant Pere de Rodes y al santuario de la Mare de Déu del Mont, que son además las que cubren una mayor distancia.

El condado histórico coincide con la actual comarca del Alt Empordà y una pequeña parte del Baix Empordà, una zona llena de atractivos paisajísticos y culturales, muy bien comunicada y con una amplia oferta de alojamientos y restauración. Atravesarás numerosas poblaciones, así que abundan las oportunidades de avituallamiento. Pese a esto, siempre es recomendable llevar los bidones de agua llenos y algo de comida.

La zona tiene un clima típicamente mediterráneo, de veranos cálidos e inviernos suaves. Por tanto, estas rutas se pueden hacer prácticamente durante todo el año. No obstante, en la canícula el calor puede ser muy intenso, de manera que lo idóneo sería escoger el final de la primavera y el principio del verano, o bien entre el verano y el otoño, cuando los días aún son largos.

Las Rutas que componen esta Colección son todas circulares y parten de Figueres, la capital de l’Alt Empordà. Figueres está muy bien comunicada, y cuenta con estación de tren convencional y de alta velocidad. Además, se sitúa también justo en el eje viario de la AP-7, autopista que cruza todo el litoral mediterráneo desde la frontera con Francia hasta Cádiz.