Montañas salvajes — Senderismo en los Alpes dináricos

Hemos recorrido las montañas de los Alpes bosnios durante cuatro días. Si estás buscando una aventura única, te recomendamos encarecidamente que visites este territorio. Verás paisajes parecidos a los del norte de Gales, con cierto aire a los Picos de Europa y al Pindo de Grecia.

Llenamos las mochilas de hornillos de camping e ingredientes locales, ya que queríamos recrear algunos platos bosnios mientras estábamos perdidos en la naturaleza. Los platos clásicos como el cevapi, el borek, la begova corba y el dolmas —que figuran en los menús de todo el país— tienen influencias eslavas, mediterráneas y otomanas. Nuestra idea era añadir ingredientes silvestres a los platos principales, y para ello tuvimos que explorar en los bosques de los alrededores. Por suerte, contábamos con una experta en nuestro equipo, que lleva años cocinando este tipo de alimentos cerca de su casa en Cataluña.

Los paisajes de este lugar ofrecen una deliciosa mezcla de bosque con aroma a pino y tierra mojada, pináculos rocosos, acantilados de piedra caliza, valles verdes e impresionantes crestas. A lo largo del sendero que lleva al refugio hay miles de rocas, dispuestas al azar como si las hubieran esparcido gigantes. Esculpidas a lo largo de miles de años por el viento, la nieve y la lluvia, estas piedras tienen formas fantásticas. Algunas de ellas parecen huesos de dinosaurio o instrumentos musicales de otro universo.

Pasar tiempo en lugares salvajes puede cambiarnos tanto a nivel individual como colectivo. Varios estudios científicos realizados en Japón, Corea del Sur y Finlandia han demostrado que estar 30 minutos en un bosque ayuda a reducir significativamente los niveles de cortisol y estrés, así como el pulso y la presión arterial. Desde un punto de vista colectivo, los entornos salvajes y desconocidos ayudan a unir a las personas, pues les hacen trabajar en equipo y esforzarse por alcanzar objetivos comunes.

Si estás acostumbrado al caos y a los senderos abarrotados de los Alpes franceses o suizos, el senderismo en Bosnia te ofrece todo lo contrario. Además, si decides alojarte en uno de los pocos refugios de montaña, te espera un bonito contraste. Aquí, el idioma y la nacionalidad no significan nada. Es como volver a los refugios alpinos de los años 80, donde todo el mundo se unía en un popurrí de historias habladas con gestos y amor compartido por las montañas.