“A quien quiera ir conmigo a cercar a Valencia... tres días les esperaré en el Canal de Cella.” Así convocó Rodrigo, según “el Cantar de mio Cid”, a todo aquel que quisiera sumarse a su gesta para conquistar la capital mediterránea. De esta forma, te invito a cabalgar durante cinco días sobre tu bicicleta por las vegas, valles, bosques y huertos entre Cella y Valencia para entrar triunfante por las Torres de Serranos hasta la catedral.

A mediados del siglo XI las taifas peninsulares estaban sumidas en guerras civiles y disputas. Valencia era la más rica y por tanto la más codiciada por musulmanes y cristianos. El Cid supo aprovechar esta situación para avanzar hasta allí y tomar la ciudad con los hombres que se le unieron en Cella. La Ruta te lleva tras los pasos del campeador por los pueblos que conquistó. Ejemplos de ello son Jérica y Sagunto. Este enclave cerca de la costa ha sido uno de los puertos esenciales del Mediterráneo durante milenios. En el siglo XI ya era una fortaleza consolidada que Rodrigo tomó y convirtió en su centro de operaciones durante, al menos, tres años.

El camino también tiene un componente natural importantísimo. Esta Ruta es la que más recorrido entre sendas por el bosque mixto mediterráneo tiene de todo el itinerario cidiano. Por otro lado, pedaleas por las vegas del Mijares y el Palancia. Sobre todo en el Mijares encuentras el atractivo de las gargantas y las pozas que este río te ofrece en el itinerario.

Esta Colección no es demasiado extensa. El recorrido total es de 242 kilómetros y, aunque tiene algunas subidas, es principalmente de bajada desde la meseta turolense hasta el Mediterráneo. Aún así, he preferido dividirla en cinco etapas por la comodidad de finalizar diariamente en alguna localidad que cuente con los servicios mínimos de hospedaje y restauración que te eviten cargar con material de acampada para una sola noche. Además para evitar realizar etapas que alarguen las horas sobre la bicicleta y te recortasen el tiempo de disfrutar de las propuestas históricas y naturales del camino.

La mejor época para seguir los pasos del Cid camino a Valencia es sin duda la primavera y el otoño, cuando los días cuentan con temperaturas más templadas. En cuanto a la montura, una bicicleta rígida y rueda de 29 pulgadas es el compromiso perfecto para rodar rápido por las carreteras, pistas y vía verde además de poder afrontar los tramos de senda con garantías.

La Ruta empieza en Cella y termina en Valencia. Ambas localidades cuentan con buena conexión ferroviaria y estaciones de autobuses. Cada etapa termina en algún pueblo que cuenta con los servicios mínimos de hospedaje y restauración. Te recomiendo especialmente que aproveches la etapa corta que termina en Montanejos para explorar un poco los alrededores. Cómo por ejemplo las sendas que han limpiado para el centro BTT además de las pozas del río Mijares. Recuerda siempre llevar protector solar y escoger un vestuario que te permita tener capas suficientes para las bajas temperaturas al inicio y final del día, así como para las altas de las horas centrales.

Al llegar a Valencia te darás cuenta por qué esta plaza era tan codiciada. Te recomiendo que aproveches un día más allí y conquistes con tu cámara, gusto y vista cada recoveco de esta increíble ciudad.