En las estribaciones pirenaicas, la fuerza del agua sobre la roca caliza durante millones de años ha formado riscos y cañones imposibles. El paisaje de las sierras del prepirineo es un collage de piedras rojas y ocres, cielo y aguas azules y bosques verdes. Los colores y las formas se combinan en infinitas permutaciones en un constante juego geológico de laderas, barrancos, precipicios, cornisas y picos.

La hoya de Huesca es la comarca que se desliza por la transición entre la llanura agrícola de valle del Ebro y las primeras inclinaciones montañosas de la cordillera. Su patrimonio es un crisol de riquezas naturales y culturales. En su acervo paisajístico están: la sierra y los cañones de Guara, los mallos de Riglos, Agüero y Vadiello, los valles Nocito y Belsué y las múltiples gargantas por donde corren los ríos Alcanadre, Flumen, Gállego, Isuela, Formiga y Guatizalema. En el apartado monumental te espera el castillo de Marcuello, el monasterio de Casbas y un rosario de encantadores pueblos con sus conjuntos tradicionales.

Te propongo recorrer, en tres etapas, cerca de 130 kilómetros por las sendas, pistas y carreteras que conforman el camino natural de la hoya de Huesca y disfrutar, a golpe de pedal, esta travesía que te sumerge en sus parajes más agrestes y su cultura milenaria. La Ruta es una concatenación de postales donde los caprichos de la erosión se convierten en protagonistas. En las montañas del prepirineo, las rocas rojizas y grises se asoman verticales sobre el tupido bosque de encinas, roble y boj. Por los famosos cañones de Guara, el agua corre a sus anchas hundida entre precipicios y en el piedemonte, el paisaje se abre en una llanura fértil regada por los ríos.

El camino parte de Agüero, al oeste, y termina en Bierge, al este. La mejor opción para desplazarte al inicio en transporte público es tomar un tren regional desde Huesca hasta Riglos y, desde ahí, pedalear por carretera unos 14 kilómetros. Salir de Bierge en transporte público es más complicado, por lo que te recomiendo que conciertes un taxi para volver a Huesca. Cada etapa termina en una población que cuenta con diversas opciones de alojamiento y restauración, esta es una de las ventajas de la afluencia del turismo de aventura a Huesca.

Una bici de gravel con neumáticos de al menos 40 milímetros es perfecta para este recorrido. En cuanto a la carcasa, lo mejor es hacer un compromiso entre una de buen rodar por las pistas compactas y que tenga buen agarre y protección anti pinchazos para los senderos más agrestes. Aunque te recomiendo viajar ligero, es deseable que lleves algunos repuestos básicos como un cable de cambio, cámaras y bomba de aire. En el apartado del vestuario debes tener en cuenta las oscilaciones de temperaturas que hay entre las zonas altas y bajas, así como las mañanas, mediodías y noches.

El otoño y la primavera te garantizan las temperaturas más templadas para esta aventura. En la hoya de Huesca la precipitación no es abundante, por lo que estas estaciones se presentan como la mejor opción para rodar por este camino. Sin embargo, lo mejor es que consultes la previsión meteorológica, ya que, en las cotas altas que llegan a los 1500 metros, podría caer nieve. El verano no es recomendable debido a las altas temperaturas y la dificultad de encontrar fuentes en el camino.

Esta aventura es ideal para captar imágenes espectaculares con tu cámara de fotos o vídeo, de este modo re recomiendo que tengas a mano tu dispositivo preferido mientras ruedas por este espectacular camino natural. Espero que disfrutes la andadura por la hoya de Huesca.