Si para ti el auténtico ciclismo de montaña significa perderte entre sendas por paisajes espectaculares, disfrutar del reto técnico de la conducción, visitar poblaciones monumentales llenas de historia, empaparte de la cultura local y contemplar las vistas desde los picos. El Prepirineo es tu paraíso.

Las estribaciones pirenaicas de las sierras de Guara y Santo Domingo, en las comarcas de la Hoya de Huesca, Cinco Villas y Somontano de Barbastro, acumulan un vasto patrimonio natural y cultural. Aquí los caprichos de la erosión han formado cañones, mallos, riscos, crestas y margas y la cultura humana ha transformado la piedra en castillos, murallas, ermitas, iglesias, torres y dólmenes. Todas estas maravillas hilan una aventura en mountain bike de casi 250 kilómetros y más de 7000 metros de desnivel positivo ideal para ciclistas experimentados.

Te invito a pedalear durante seis etapas por los castillos de Alquézar y Loarre, los curiosos pueblos de Nocito, Arguis, Aniés y Bolea, entre otros, además de maravillas naturales como los mallos de Riglos y Agüero e innumerables sendas, crestas, picos y vistas.

La Ruta empieza en Alquézar, a donde te puedes desplazar en autobús de la empresa Alsa desde Huesca, y termina en Luesia, desde donde la combinación de transporte público es un poco más complicada. Puedes optar por recorrer 55 kilómetros a Riglos en bici o taxi y, desde ahí, volver a Zaragoza en tren, o coger un bus directo a Zaragoza. En todo caso, en la página prepyr365.com/es/servicios/transporte.html puedes encontrar numerosos servicios de transporte a tu medida.

Sin duda, las mejores estaciones para recorrer los monumentales parajes del Prepirineo son la primavera y el otoño. En ambas épocas las temperaturas son más templadas y los recodos donde prospera la vegetación de hoja caduca son mucho más coloridos. En verano, el calor es abrasador y, en invierno, algunas cumbres se cubren de nieve y el viento helado campa a sus anchas.

Esta aventura recorre muchos tramos de senda estrecha, pistas de tierra y alpinas y, muy poco, asfalto. De este modo, es perfecta para una bicicleta de doble suspensión de medio recorrido, 140-150 milímetros, la clásica “all mountain”, que te permita dejarte llevar en los descensos técnicos y no te penalice demasiado al rodar por pistas y en los ascensos. Es fundamental que calces unos neumáticos de taco generoso y con buena protección contra pinchazos, las sendas alpinas rocosas ponen a prueba todo el material. También te recomiendo estrenar pastillas de frenos.

He diseñado las etapas para que tengas a diario la posibilidad de dormir en algún establecimiento de hostelería y, así, evites acarrear con material de acampada. Con esta condición, algunas jornadas son muy exigentes y, otras, de transición. En todo caso, te recomiendo llevar una muda de ropa técnica, un chubasquero, crema solar, repuestos y herramientas ligeras e hidratación, además de comida suficiente para cada etapa. De todos modos, la Ruta pasa por varias poblaciones donde puedes parar a tomar un refrigerio y degustar alguna especialidad local.

Por último, ten a mano, y con suficiente memoria disponible, tu dispositivo preferido para captar imágenes. La travesía te regala constantemente panorámicas, rincones y sorpresas que seguro quieres inmortalizar para el recuerdo. Incluye algún selfi entre las imágenes, uno donde se te vea la enorme sonrisa que se te va a quedar al recorrer el Prepirineo en tu bici de montaña.