¿Eres de esas personas a las que les gusta perderse con la bici por carreteras y pistas solitarias para descubrir el patrimonio natural y cultural sin prisas? Si es así, te propongo una aventura de unos 240 kilómetros en cinco etapas que te lleva por castillos, pueblos y fortalezas llenas de historia medieval; cañones, pozas, cascadas y enormes torres de roca. En el Prepirineo de Huesca puedes recorrer todos esos tesoros a golpe de pedal, sin prisas y disfrutando cada giro de las bielas.

Las comarcas de Somontano de Barbastro, Hoya de Huesca y Cinco Villas se extienden por las faldas de las estribaciones pirenaicas hasta el piedemonte y son ricas en joyas de la arquitectura militar de la Edad Media. Este recorrido te lleva por los castillos de Alquézar, Loarre y Biel, además de por las torres de Sibirana. Asimismo, recorres numerosos pueblos encantadores que parecen una cápsula del tiempo.

Los increíbles paisajes que la erosión de la roca ha creado tampoco se quedan atrás. Para empezar, puedes pedalear bajo los mallos de Riglos y Agüero, unas colosales torres de conglomerado que parecen gigantes durmientes. También ruedas por el embalse de Vadiello, que rellena un impresionante cañón de roca con las aguas del río Guatizalema, generando un paisaje abrumador. La interacción del agua y la roca también es protagonista en el salto de agua de Bierge, las pozas Pígalo y los numerosos ríos que cruzas.

Esta travesía no es especialmente exigente. La Ruta transcurre por las carreteras y pistas solitarias y sin tráfico de Huesca. Además, el desnivel positivo ronda los 4500 metros, así que solo la primera etapa supera los 1100 metros de escalada, el resto no llega a los 800 metros de ascensión.

Dada la amabilidad de las superficies que vas a recorrer, puedes cabalgarlas casi sobre cualquier bicicleta: puedes elegir una de bike packing, gravel o montaña rígida. Cualquier opción es perfecta para rodar tranquilamente y llevar lo necesario, que no es mucho, ya que, en el camino pasas por poblaciones que te ofrecen suficientes servicios turísticos. Una muda de ropa, útiles de aseo, una prenda de abrigo, protector solar y algunos repuestos y herramientas ligeras son más que suficiente.

La altitud de la Ruta oscila entre los 370 y los 1000 metros. De este modo, las mejores épocas para pedalear por el Prepirineo son la primavera y el otoño. Estas son las estaciones con las temperaturas más templadas y en las que los bosques presentan sus mejores galas. Es factible realizarla también en invierno, sin embargo, hay que afinar más los días por las posibilidades de precipitación y las pocas horas de sol. El calor del verano desaconseja emprender este recorrido en días estivales.

El punto de partida está en El Grado. A esta población puedes llegar en autobús desde Barbastro, que tiene numerosas conexiones con Zaragoza, Barcelona y Huesca. El destino final es Sos del Rey Católico, que no cuenta con estaciones de autobús ni tren, por lo que la opción más viable es contratar un transporte privado que te lleve a Tafalla, desde donde puedes tomar un tren hacia Pamplona o Zaragoza.

Por último, te recomiendo liberar espacio en la memoria de tu dispositivo preferido para la captura de imágenes. Este paseo por los tesoros medievales y naturales del Prepirineo ofrece infinidad de postales para inmortalizar. ¡Disfruta de la travesía!