Por el siglo II a.C. el imperio romano encontró resistencia a su dominio en la provincia de Lusitania en la figura de un íbero guerrero llamado Viriato. Este personaje histórico tiene tantas versiones como historiadores. Sin embargo, la más aceptada es que Viriato era un pastor que se convirtió en un hábil guerrero y que lideró múltiples revueltas que pusieron contra las cuerdas a los latinos.

Por aquel entonces, la provincia de Lusitania ocupaba una gran porción del suroeste de la península ibérica. Algunos autores ubican las gestas del héroe íbero en la sierra de San Vicente, una alineación montañosa anexa al sistema central cuyos picos rondan los 1300 metros entre el valle del Tiétar, al norte, y el del Tajo, al sur.

La senda Viriato (GR 63) es una iniciativa que busca poner en valor los caminos, paisajes y pueblos que se esparcen por ambas vertientes de esta sierra. A lo largo de unos 165 kilómetros, la senda te invita a pedalear por dehesas de encinas y alcornoques, bosques de robles y castaños, tesoros medievales escondidos en forma de puentes de piedra y ermitas y pueblos agrícolas con mucho encanto.

Esta Colección divide el trayecto en tres etapas que circulan en sentido horario. El punto de partida y llegada se ubica en Navamorcuende, una pequeña población toledana en el valle del Tiétar a la que puedes llegar en bus desde la estación sur de Madrid o en tu vehículo particular y dejarlo aparcado en cualquiera de las calles del pueblo.

La Ruta rueda por sendas, pistas de tierra y algunos tramos pavimentados de caminos y carreteras secundarias. El mayor ascenso del camino te lleva a subir el puerto del Piélago, un clásico del ciclismo de la zona centro desde el que tienes unas impactantes vistas al valle del Tajo. Salvo por esta ascensión, el recorrido no supone un gran reto físico. El apartado técnico tampoco tiene mayor complicación, solo te espera un divertido descenso por una senda desde el mismo Piélago.

Una bici ligera de doble suspensión con tija telescópica es la compañera ideal para esta aventura. Esta te permite rodar a buen ritmo y te garantiza la diversión en las sendas. Recuerda hacerle una revisión previa para evitar sorpresas desagradables, así como llevar contigo unos repuestos básicos que te puedan sacar de un apuro.

Cada etapa pasa por diferentes poblaciones y termina en localidades con posibilidad de alojamiento. De este modo, puedes viajar con lo justo y disfrutar de paradas convenientes que te hagan disfrutar de los productos locales. No olvides llevar un chubasquero y crema solar.

La primavera y el otoño son ideales para pedalear por la sierra de San Vicente. Estas estaciones ofrecen las temperaturas más agradables y los paisajes se encuentran en su esplendor. A pesar de que el invierno no es muy radical en esta zona, podrías encontrar heladas en las zonas más sombrías. En verano, la temperatura sube considerablemente en los valles.

Espero que la energía de Viriato te acompañe al recorrer los paisajes que defendió de los romanos.