Entre finales de diciembre de 2016 y principios de enero de 2017, viví una aventura maravillosa que me llevó a recorrer partes de Chile y Argentina. Ahora he recopilado en esta Colección el itinerario que seguí, el cual discurre por la Carretera Austral y por un pequeño tramo de la Ruta 40. Fue un viaje que me impactó muchísimo y me ayudó a desarrollar mi pasión por los viajes en bicicleta. Por supuesto, no hay dos viajes iguales, así que estoy convencido de que, incluso si sigues la Ruta propuesta, tu experiencia será totalmente única y bien diferente a la que yo experimenté.

El objetivo que se habían propuesto la mayor parte de los viajeros que conocí en esta extraordinaria zona no era muy original. La mayoría quería llegar a Ushuaïa, la ciudad del fin del mundo. Pero yo quería hacer algo distinto. No quería encontrarme con cientos de ciclistas yendo en la misma dirección. Conocer a gente de todo el mundo en un mismo lugar es interesante, pero yo tenía una idea mucho mejor.

Mi curiosidad por la prehistoria me llevó a descubrir la existencia de la cueva de las Manos, en la provincia argentina de Santa Cruz. Este singular yacimiento arqueológico, con alrededor de 11000 años de antigüedad, está situado al sur de la localidad de Perito Moreno, capital del departamento de Lago Buenos Aires, en plena Pampa argentina. El interés de esta cueva radica en el excelente estado de conservación de sus pinturas rupestres. Es mundialmente famosa por la increíble cantidad de manos pintadas en sus paredes. Y aquí es adonde yo quería ir. Desde Puerto Montt, punto de partida oficial de la Carretera Austral, tuve que recorrer más de 1000 kilómetros para llegar al valle del río Pinturas, donde se encontraba el objeto de mi deseo.

La Carretera Austral y la Ruta 40 son tan diferentes como los chilenos y los argentinos. Las principales dificultades de la Carretera Austral son la lluvia y las grandes subidas, que pueden ser constantes durante varios días. Lo que hace difícil la Ruta 40 es el viento implacable, al que a veces se le suman las distancias infinitas de ciertos tramos.

La construcción de esta carretera se inició en los años setenta por orden de Augusto Pinochet. La idea era abrir la Patagonia chilena al resto del país. Sin embargo, el proyecto aún no se ha completado. En la Carretera Austral, aún es común encontrarse con caminos de ripio (tierra o gravilla) que se extienden durante cientos de kilómetros. Los pueblos suelen estar muy alejados entre sí. Por lo tanto, es conveniente equiparse bien, incluso en pleno verano austral. Lleva siempre repuestos para la bici y un impermeable. Tampoco te olvides de cargar con un buen lubricante para la cadena de la bicicleta, además de varias pastillas de freno de repuesto, ya que el polvo abrasivo de los volcanes, mezclado con el agua de la lluvia, es un cóctel que las destruye. Por último, creo que es esencial planificar las etapas en función de los horarios de los ferris.

Esta Ruta, que requiere planificación previa, te regala magníficos paisajes y grandes placeres. Vas a descubrir glaciares, montañas impresionantes, cascadas, fiordos, plantas exuberantes y árboles gigantescos. Y todo esto te va a hacer olvidar los peligros que se pueden encontrar en un viaje de este tipo. Además, también vas a pasar por varios baños termales al aire libre a lo largo de la Ruta. ¡La sensación de bañarse en agua caliente cuando el sopla el viento y hace frío es sencillamente increíble!

En Argentina, si tienes el viento en contra, ni se te ocurra subirte a la bici. Yo tuve la suerte de tener viento a favor el día que fui de Perito Moreno a la cueva de Las Manos. Además, es más fácil ver animales salvajes que en Chile porque la falta de vegetación en la pampa los hace más visibles. ¡Ten siempre a mano la cámara! Es muy posible que te encuentres con ñandúes, vicuñas y armadillos.

Para llegar a Puerto Montt, punto de partida de esta aventura, puedes pedalear o tomar un autobús desde Santiago o Temuco. Por lo general, es posible transportar bicicletas y, en ocasiones, incluso ofrecen literas. Eso sí, tendrás que desmontar parcialmente la bicicleta antes de depositarla en la bodega.

Una vez en el punto final de esta aventura, no vas a encontrar ningún transporte público. No dudes en pedir a los numerosos visitantes del yacimiento prehistórico que te lleven de vuelta a Perito Moreno. Desde allí, puedes tomar un autobús hacia tu próximo destino.

Después de visitar esta famosa cueva, me dirigí a Esquel para continuar mi viaje. Si quieres más información, échale un vistazo a esta Colección: komoot.com/es-es/collection/1669995

¡Espero que disfrutes de tu aventura por los caminos de estas tierras australes!