Les Rochers de Saint-Guénolé

Este paraje natural catalogado siempre ha atraído a los caminantes. Siguiendo el GR34, el sendero costero, descubrimos rocas con formas misteriosas: las orejas de conejo, el rinoceronte, el sacacorchos, la tortuga o la roca de las víctimas. Estas rocas deben sus particulares formas a fenómenos de alteración y erosión provocados por la lluvia, el viento y las salpicaduras del mar. Una antigua cadena montañosa hercínica, formada hace entre 480 y 300 millones de años, el sitio es también una mina de oro para los geólogos. El paisaje es magnífico durante las tormentas. Los amantes de las hermosas olas y del mar embravecido nunca deben descuidar la naturaleza peligrosa del lugar, incluso cuando hace buen tiempo. El nombre que le dieron a la roca a las víctimas no es baladí. Mesas de picnic y estacionamiento están disponibles para los visitantes.

Los acantilados de St. Guénolé, les Rochers, están expuestos a las olas del Atlántico; en ningún otro lugar de Bretaña las olas golpean la tierra con tanta violencia.

Fascinantes estructuras rocosas