Vue sur le Château de Saint-Béat

Divertido pequeño castillo que alberga una capilla con vistas a la ciudad de Saint Béat.

Construido en el siglo XII por los señores locales, el fuerte fue ampliado por el rey Enrique IV. Presenta en particular una importante torre del homenaje, así como una capilla construida a mediados del siglo XIX tras una epidemia de peste. Robert Pujol, responsable de su restauración, explica: “Los turistas suelen tener la idea de un castillo muy grande. Sin embargo, en la Edad Media eran muy pequeños porque colgaban de los nidos de las águilas. » El castillo, en su historia, no ha tenido que repeler ninguna invasión, aunque fue escenario de batallas regulares.
El estatus de ciudad real confirió numerosos privilegios a Saint-Béat. Cada mes se celebraban dos mercados a los pies del castillo, y allí no se cobraban impuestos, lo que nos invita a considerar Saint-Béat como la Andorra de esta época medieval...
Técnicamente es posible subir al castillo en bicicleta por un camino empinado cerrado a los vehículos por una cadena. La superficie es ciertamente un poco caótica, pero es factible, y la impresionante vista de la ciudad y del claro que forma el Garona en la montaña constituye una justa recompensa.

Saint Béat es un pueblo francés muy típico. Se mantiene la línea arquitectónica en todo el pueblo y está muy arraigado al paisaje. Se pueden encontrar bares y algunos comercios más.