Monasterio de Sant Pere de Casserres

El monasterio de Sant Pere de Casserres es una de las mayores joyas del románico catalán. Este monasterio benedictino fue construido en el siglo XI y completamente restaurado en el siglo XX. Además de poder admirar su bella iglesia y claustro, el monasterio alberga una exposición permanente sobre cómo era la vida de los monjes en este lugar.
Además de por su interés arquitectónico, el monasterio de Sant Pere de Casserres destaca por su mágico entorno, en un pronunciado meandro del río Ter junto al embalse de Sau.

El monasterio de Sant Pere de Casserres, el único del orden benedictino en Osona situado en Les Masies de Roda, fue erigido bajo el patronaje de la familia vizcondal osonense. La promotora fue la vizcondesa Ermetruit, cuando en el año 1006 compró el dominio alodial de Caserres al conde Ramon Borrell de Barcelona, con la intención de construir un monasterio dedicado a Sant Pere.
Con anterioridad a la construcción del monasterio, había en este lugar un castillo término documentado desde el 898, con una capilla dedicada a san Pedro, que los vizcondes decidieron convertir en monasterio. Una antigua leyenda dice que el monasterio de Sant Pere de Casserres fue fundado por los vizcondes de Osona y Cardona sobre las reliquias de un niño de los vizcondes que se conservó momificado, el cual, tres días después de haber nacido, habló y va decir que no viviría más de treinta días y que una vez muerto su cuerpo fuera puesto dentro de un arca cerrada, sobre una mula. Allí donde se detuviera el animal debía edificarse un monasterio bajo la advocación de san Pedro. Las reliquias de este niño fueron muy veneradas en el monasterio y cuando había sequía se bajaba en procesión hasta el Ter y se mojaba el arca que contenía el niño, en las aguas del río.
A partir de 1012 empezó a haber vida comunitaria, aunque hasta 1050 la iglesia monástica no fue consagrada. Después de los primeros abades, Caserras bajó pronto a la condición de priorato, seguramente por no poder mantener los doce monjes necesarios para seguir siendo abadía.

Este monasterio perdió la independencia cuando, en 1079, fue unido al gran monasterio de Cluny por los vizcondes de Osona y Cardona, sus fundadores, para asegurar su vida monástica regular. Entonces Sant Pere de Casserres se convirtió en un priorato dependiente de este monasterio y se convirtió en el centro administrativo de las posesiones de Cluny en Cataluña, las cuales estaban formadas por los pequeños prioratos de Sant Ponç de Corbera y Sant Pere de Clarà, entre otros.
Más adelante, en el siglo XIII, la comunidad aumentó con algunos presbíteros que querían vivir bajo la regla, y algunos dados, a veces matrimonios, pero nunca pasó de doce o trece personas, y en los siglos XIV y XV la vida comunitaria decayó de tal modo que a finales del siglo XV sólo había dos monjes en Caserras.
Los fundadores, vizcondes de Osona y Cardona, y otras familias nobles de la comarca como los Tavertet, los Cabrera, los Savassona o los Sau, se interesaron por el monasterio hasta avanzado el siglo XII, le favorecían con importantes donaciones. hacían enterrar, pero después ya casi no se acordaron. Da la impresión de que este monasterio, fundado prácticamente por dos vizcondesas, fue siempre el lugar preferido de las mujeres del linaje de los Osona-Cardona, al que hacían legados más importantes que en la misma canónica de Cardona.

Los obispos de Vic, que en algunos momentos intervinieron activamente en la vida real del monasterio, fueron desde el principio protectores decididos de Caserras. Pero los despoblamientos de los siglos XIV y XV y la falta de entrada de dinero de los censos o renders del monasterio marcaron un fuerte bajón para el cenobio. El endeudamiento era grande y el estado material del monasterio también era bastante lamentable.
En 1572 este priorato y todos sus bienes se unieron al colegio de los jesuitas de Belén de Barcelona, del que fue una simple posesión o granja. Pero este dominio terminó con la expulsión decretada por el rey Carlos III en 1767.
Posteriormente pasó a manos de particulares: la familia Arisa-Pallàs de Les Masies de Roda, que lo mantuvo como masovería, hasta que en 1991 lo adquirió el Consejo Comarcal de Osona con el fin de llevar a cabo, junto con la Generalidad de Cataluña, la restauración del conjunto del Monasterio durante los años 1994 a 1998.
Actualmente el monasterio alberga una exposición de carácter permanente donde se interpreta la vida de los monjes en Casserres, mediante la recreación de las salas que han conservado la misma disposición a lo largo de los siglos, así como un audiovisual donde se explica la leyenda, la historia y el proceso de construcción del conjunto monástico.

Pequeño monesterio con exposicion sobre la vida de los monjes en el sieglo XV. Recien restaurado.
Entrada 3€ (1,5€ reducida)
Horarios: 01.06.–30.09. / 10:00–19:30h
01.10.–31.05. / 10:00–17:30h
Lunes cerado.