Le Menhir d’Oisy-le-Verger ou Gros Caillou

Menhir parte de la historia local por descubrir.
Tenga cuidado, el lugar es muy pantanoso y es más accesible en clima seco 😉.

El menhir de Oisy-le-Verger es como un "gran guijarro", como se le llama aquí, plantado en medio del terreno pantanoso del valle de Sensée. Esta ubicación particular, en el antiguo cauce del Escalda, dificulta el acceso, especialmente durante los períodos de lluvia. Pero, incluso desde la distancia, desde el final del callejón rodeado por un cañaveral, el magnífico menhir, catalogado como Monumento Histórico desde 1981, sigue siendo particularmente impresionante de ancho, por una parte invisible que, para algunos, podría ser más que 8 metros de profundidad. Su origen se remonta al período Neolítico, entre – 5000 y 2500 aC El carácter pantanoso del terreno es muy posterior al propio megalito, lo que explica su presencia en un lugar tan desfavorable. Pero las aguas que la rodean han contribuido en gran medida al misterio que la rodea.
La leyenda de un pacto con el diablo
Como muchos de su tipo, el origen legendario del menhir de Oisy-le-Verger está íntimamente ligado al diablo. Un constructor incansable, pero un pobre calculador, al que, una vez más, le pillará desprevenido el canto matinal de un gallo. Esta vez, fue a las monjas a las que ofreció sus servicios para construir su convento de la noche a la mañana. Como recompensa, le debían sus almas si hubiera terminado antes del amanecer. Satanás se puso a trabajar y arrastró piedras enormes para el edificio durante toda la noche. Por desgracia, para él, antes de la hora fatídica, las monjas despertaron al gallo, que comenzó a cantar. Sorprendido, el diablo soltó la gran piedra que aún sostenía... Ella vino y se quedó en el lugar donde la vemos hoy.