Fornot de les Torres

Situada en el lecho del torrente, es una balsa conectada por un tubo en la mina que tiene a 50 metros y a la que se accede por una puerta. En la curva de la Torre del Obispo y del antiguo convento de Santa María de Valdonzella podemos ver a 150 m los restos del Fornot de les Torres, un antiguo horno de cal del siglo XVIII.Los hornos artesanos de cal se construían excavando en el suelo un agujero de unos 4 o 6 metros de profundidad, en forma de olla o de cono truncado. Estos hornos se abrían junto a caminos para facilitar el acceso de los carros que llevaban la piedra caliza y, una vez terminada la hornada, se llevaban la cal.El momento del año en que solían hacer la cal era la primavera, entre marzo y abril, ya que en invierno, como no se puede trabajar la tierra, se dedicaban a arrancar la piedra calcinera ya hacerla leña para en la cocción.Los hornos tenían dos bocas: la superior, por donde se cargaban de piedra, y la inferior, por donde se hacía el fuego y se retiraba la cal.El maestro calcinaire sabía que la piedra ya estaba cocida observando el color del humo que salía del horno. Al principio del proceso el humo era de color oscuro, mientras que cuando la roca ya se había transformado en cal, tomaba un color amarillento claro o se convertía en incoloro, esto podría durar unos doce o quince días, después dejaban enfriar el horno durante una semana para extraer la piedra cocida.Los bloques de cal viva obtenidos se cargaban en carros y se trasladaban a los depósitos de distribución, donde se sumergían en agua para obtener la cal apagada, que era la forma más común en la que se utilizaba la cal en el ramo de la construcción.