Alte Brücke

El viejo puente probablemente tenga alrededor de 800 años (primera mención documentada en 1235), pero posiblemente sea mucho más antiguo. Al principio estaba hecho de madera antes de ser reemplazado por uno de piedra. A lo largo de los siglos ha sido repetidamente destruido, dañado, reconstruido y reparado.
Originalmente también había dos torres de puente cuyas puertas se cerraban por la noche para que nadie pudiera cruzar el Meno.
En 1306, dos pilares del puente fueron derribados por el hielo y las inundaciones, matando a diez de los 500 espectadores en el puente. Las dos torres también fueron destruidas, pero reconstruidas.
Más tarde, la torre del lado de Frankfurt sirvió como prisión y cámara de tortura. En 1616 se colgaron aquí las cabezas cortadas de tres conocidos criminales y se dejaron colgadas durante 150 años, uno incluso hasta 1801.

En 1401 se erigió el primer "Brickegickel" en el Puente Viejo para marcar el punto más profundo para los barcos.
Desde 1366 aquí se llevaron a cabo ejecuciones por ahogamiento. La corriente fue más fuerte aquí y los cadáveres solo fueron arrastrados a tierra fuera de la ciudad de Frankfurt. Los condenados fueron atados y arrojados al agua. Lo último que vieron en sus vidas fue el Brickegickel en la cruz, amonestándolos al arrepentimiento y recordándoles que Jesús murió por los culpables.
El Brickegickel de hoy ya es el sexto y está cubierto de oro real. Lo cual es sorprendente ya que el #5 fue robado. Los predecesores se perdieron en desastres naturales o fueron destruidos en actos de guerra.

La verdadera razón por la que Brickegickel está aquí es la siguiente:
El constructor del puente había prometido terminarlo en una fecha determinada. De lo contrario, sería castigado con la muerte. Hubo problemas con la lluvia, el hielo y las inundaciones. La construcción avanzó lentamente y el maestro de obras se dio cuenta de que no podría cumplir con el plazo. Rezó a los santos, pero en vano. Luego llamó al diablo. Él también se le apareció y le hizo una oferta: lo ayudaría si conseguía la primera alma que cruzaba el puente. En esa época era costumbre que el constructor de un puente lo cruzara primero. Desesperado, accedió y el diablo completó el puente la noche antes de la fecha límite.
A la mañana siguiente, un gallo despertó al constructor y tuvo una idea. Puso el gallo en un costal, lo soltó de nuevo en la abertura, lo empujó frente a él a través del puente y el diablo solo se quedó con el alma de este gallo. Por eso hay un gallo de oro en el puente para conmemorar el hecho de que el diablo fue burlado.
(Tesoro de la leyenda de Frankfurt, de Helmut Bode).

Y cuando Frankfurt una vez tuvo que defenderse de los suecos, que querían cruzar el Meno desde Sachsenhausen, no pudieron pasar el Brickegickel. Un oficial sueco culpó a Jesús en la cruz y le disparó. La bala golpeó al Brickegickel, rebotó en él y golpeó al oficial en el corazón.
(Tesoro de la leyenda de Frankfurt, de Helmut Bode).

Cuando Carlomagno hizo la guerra contra los sajones, fue derrotado por ellos en una batalla y tuvo que huir. Los sajones lo siguieron y cuando llegó al Meno en medio de una espesa niebla, su situación parecía desesperada.
Cuando se arrodilló y le pidió ayuda a Dios, un solo rayo de sol atravesó la niebla y en ese tenue resplandor vio una cierva blanca que cruzaba el Main con su cría. Entonces descubrió un vado por donde podía huir con sus hombres. Tan pronto como el último franconio cruzó el Meno, el rayo de sol desapareció, la niebla se cerró y el vado ya no era visible. Desde entonces, el entonces pequeño asentamiento se llama Frankfurt (Frankfurter Sagenschatz, de Helmut Bode).