Schönangerkapelle im magischen Wald

Un día un niño de Eidenberg llegó corriendo a casa llorando, había perdido sus tres bueyes. Los amos de casa fueron en busca, pero todo fue en vano. Tres días después, el granjero se adentró en el bosque y encontró a los bueyes tendidos en círculo en el Schönanger, con la cabeza vuelta hacia adentro y rumian tranquilamente. El granjero reconoció la situación de los animales como la intervención de un poder superior y construyó la capilla de Schönanger como agradecimiento.
(Fuente: sagen.at)

Según una tradición de Eidenberg, se dice que el ganado se escapó de HofRiener y, después de una larga búsqueda, se encontró en este punto. En agradecimiento, se construyó la capilla.