Roca en el fin del mundo

Vista excepcional pero ojo, hay que tener precaución porque el acceso es difícil y bastante peligroso en el sentido de que no hay barandillas. Para los menos aventureros, es preferible el mirador situado más a la izquierda, unas decenas de metros.

Los Rochers du Bout du Monde son una curiosidad natural de cierto interés geológico, también clasificada por la Comisión Real de Monumentos y Sitios. Situadas en la margen derecha del Ourthe, a 7 kilómetros al sur de la ciudad de Lieja, desde sus 80 metros de altura dominan un antiguo meandro del río, cuyo curso fue modificado durante la construcción de la autopista E25 a mediados de los años 1970. Este imponente macizo, que emerge del bosque de Embourg, está formado por bancos de piedra caliza con una inclinación de 40 a 45 grados hacia el sur. Botánicamente, es una de las estaciones xerotermales más septentrionales de Valonia. De hecho, las plantas calcícolas como la hierba de herradura (Hippocrepis comosa), el libanotis de montaña (Seseli libanotis) o la sesleria azulada (Sesleria caerulea) alcanzan el límite norte de su área regional. Las rocas expuestas también albergan interesantes comunidades de líquenes. Entre la fauna cabe destacar la presencia de una gran población de lagartijas (Podarcis muralis), una rica población de caracoles y varias especies de inusuales mariposas diurnas. Lamentablemente, parte de las rocas está siendo colonizada paulatinamente por el invasor falso barniz japonés (Ailanthus altissima), amenazando la sostenibilidad de los grupos rocosos. La mayor parte de la vertiente forestal, incluidos los Rochers du Bout du Monde, está inscrita en la red Natura 2000 en el lugar BE33014 - Vallée de l'Ourthe, entre Comblain-au-Pont y Angleur.