Heimatstube und Dorfplatz Groß Kölzig

En medio de la plaza del pueblo se encuentra un tilo de verano casi muerto, que inmediatamente llama la atención por su peculiar crecimiento. Es el picota de aproximadamente 500 años, un hito de la ciudad. El monumento natural más antiguo del municipio debería conservarse durante bastante tiempo porque transmite buena parte de la historia local. En siglos pasados, el viejo árbol sirvió como tilo de la corte. Para ello se rodeó de varios patios de piedras, estrechos bancos de granito. Los jueces se sentaron en estos frente a la comunidad reunida cuando negociaron sobre las personas que se habían enredado en la culpa. Desafortunadamente, solo queda uno de estos bancos. Se ubica a la entrada del parque sobre un zócalo de cemento. Según una patente emitida por Fernando II de Biberstein en 1667, "los blasfemos, los juradores y los maldecidores ..." fueron encadenados al tilo de la corte tres domingos seguidos con un collar y, por lo tanto, ridiculizados frente a todos los feligreses. Hasta el cambio de siglo (siglo XIX/XX) todavía se podían ver en la picota los restos del collarín con el que se conectaba a los malhechores.
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