Étangs bleus de Guizengeard

Entre 1975 y 2013, la explotación de la arcilla blanca por parte del hombre alteró considerablemente este entorno forestal. En el origen de este paisaje sobrenatural, esta antigua cantera de caolín producía una hermosa tierra blanca destinada a la fabricación de porcelana, azulejos, ladrillos y productos cosméticos y farmacéuticos. Para extraer y transformar el caolín, los operadores movieron miles de metros cúbicos de material excavando hasta 40 metros de profundidad. Tras el fin de la explotación industrial de la arcilla blanca, la vegetación tomó el relevo y esta enorme cantera a cielo abierto se llenó de agua de lluvia, dando lugar a un profundo lago artificial. Este nuevo ambiente es aún muy joven y la acidez de los suelos de las diferentes capas geológicas impide cualquier desarrollo de vida acuática en el lago (algas, peces, batracios). El agua es cristalina, transparente y no tiene materia en suspensión que pueda absorber la luz. Esto se refleja plenamente en el lago que luce así unas tonalidades de azul, del turquesa al azul celeste, para deleite de paseantes y amantes de la naturaleza.

Dos caminos le permiten descubrir este sitio de belleza desconcertante: el circuito Grand Bois du Marais y el circuito Guêpiers.