Puente de Segovia

La carretera de Segovia, una de las vías de acceso más importantes a Madrid, cruzaba el Manzanares por el puente más antiguo de la ciudad, protegido desde 1996. Su construcción a instancias de Felipe II se inició en 1574 bajo la dirección del arquitecto de la corte Gaspar de Vega, quien completó el diseño y determinó las condiciones de ejecución.
Después de la muerte del arquitecto en 1577, sólo quedaron los cimientos del puente, cuya construcción posterior fue asumida bajo un nuevo diseño por Juan de Herrera. Esto reemplazó el diseño medieval con la primera construcción de puente moderno con una placa horizontal. El puente tiene nueve ojos con arcos de medio punto y está realizado con sillares de granito repujados.
A lo largo de su historia, el puente ha sido objeto de varias reparaciones realizadas por destacados arquitectos al servicio de la ciudad. Por ejemplo, de 1935 a 1943 en nombre de la oficina de vías de acceso y cercanías o después de la Guerra Civil Española en nombre de la dirección municipal de construcción. Como parte de este último, el ingeniero Vicente Olmos amplió el plano de 8,65 a 31 m abriendo el puente y dividiéndolo en 2 mitades.
Para canalizar los manzanares, el mismo arquitecto restauró los soportes originales entre 1955 y 1960. Para ello, se dejaron al descubierto los pilares y se insertaron nuevas aberturas laterales con rampas asociadas. Debido a la perturbación provocada por la vía urbana M-30, los arquitectos Pérez-Aciego y Quesada realizaron en 1985 obras de renovación de los viales de acceso y elementos laterales.
Como parte del diseño de Madrid Río, todo el entorno del puente recibió una nueva cara con fuentes, estanques y paseos acordes con la fisonomía y el nuevo concepto de la zona.

Declarado Bien de Interés Cultural en 1996, se trata del puente más antiguo de Madrid, que daba paso sobre el Manzanares al camino de Segovia, uno de los principales accesos a la capital. Su construcción se inicia en 1574, según Provisión de Felipe II, y está a cargo del Maestro Mayor de Obras de S. M., Gaspar de Vega, que realiza las trazas y establece las condiciones de ejecución.
A la muerte del arquitecto en 1577, con el puente en los cimientos, Juan de Herrera se hace cargo de las obras realizando nuevos diseños. Cambia las trazas medievales y proyecta el primer puente moderno: la rasante se hace horizontal. El puente está formado por nueve ojos en arco de medio punto y construido con sillares almohadillados de granito.
El puente ha sufrido diversas reparaciones a lo largo de su historia con intervención de notables arquitectos al servicio de la Villa. Entre 1935 y 1943 fueron ordenadas por el Gabinete de Accesos y Extrarradio, y tras la Guerra Civil por la Jefatura de Obras Públicas. En nombre de ésta, el ingeniero Vicente Olmos amplía la anchura del tablero de 8,65 hasta 31 metros, dividiendo el puente en dos y abriéndolo.
Para la canalización del Manzanares, el mismo ingeniero restituye los alzados originales entre 1955 y 1960 desenterrando pilares y añadiendo nuevas embocaduras laterales con sus dársenas. Afectado por el trazado de la M-30 en 1985, los arquitectos Pérez-Aciego y Quesada realizaron obras de remodelación de accesos y laterales.
Con la creación de Madrid Río se ha actuado en todo el entorno del puente dotándolo de acompañamiento de fuentes, estanques y paseos acordes con la estética y nuevo diseño de la zona.

Se trata del puente más antiguo de Madrid y cruza el río Manzanares desde Segovia, uno de los principales accesos a la capital. Su construcción se inició en 1574, según Disposición de Felipe II, por el maestro de obras Gaspar de Vega, quien realizó los diseños y estableció las condiciones de ejecución. Declarado Bien de Interés Cultural en 1996, es el puente más antiguo de Madrid, que cruzaba el Manzanares en el camino desde Segovia, una de las principales entradas a la capital.
A la muerte del arquitecto en 1577, con el puente sólo en sus cimientos, Juan de Herrera se hizo cargo del proyecto y creó nuevos diseños. Cambió los diseños medievales y proyectó el primer puente moderno: la pendiente es horizontal. El puente está formado por nueve arcos de medio punto y construido con sillares de granito.
El Puente ha sufrido varias reparaciones a lo largo de su historia, con la intervención de destacados arquitectos. Entre 1935 y 1943 fue trabajado por el Gabinete de Accesos y Extrarradio y tras la Guerra Civil por la Jefatura de Obras Públicas. En nombre de este último, el ingeniero Vicente Olmos aumentó el ancho de 8 a 30 metros, dividiendo el puente en dos y abriéndolo.
Entre 1955 y 1960, el mismo ingeniero restauró los alzados originales para la canalización del Manzanares desenterrando pilares y añadiendo nuevos arcos laterales con sus cuencas. Al verse afectado el Puente por el trazado de la M-30, los arquitectos Pérez-Aciego y Quesada realizaron proyectos de remodelación de los accesos y vías laterales en 1985.
Con la creación de Madrid Río se ha urbanizado todo el entorno del puente, con fuentes, estanques y pasarelas acordes con la estética y el nuevo diseño de la zona.