Ottilie

Una ermita bastante señorial con asientos en las inmediaciones

Otilia nació ciega, para consternación de su padre, el duque de Alsacia. Un niño ciego era una vergüenza para la familia y por eso el duque quería matar a su hija. Su madre no lo permitió y entregó al niño al monasterio de Palma en Baume-les-Dames.
Cuando Ottilie tenía 12 años, el obispo de Ratisbona debía bautizarla. Cuando el agua bendita tocó sus ojos, de repente pudo ver. A partir de entonces dedicó su vida a Dios.
Su padre se reconcilió con su hija y, tras su muerte, le dejó su propiedad, Hohenburg en los Vosgos. Ottilie construyó allí un monasterio a finales del siglo VII y trabajó allí como abadesa.
El 13 de diciembre de 720, Otilia murió en su monasterio y fue enterrada en la capilla funeraria.
Hoy es la patrona de los ciegos.

La ermita de Ottilien es un signo de la piedad popular anterior. Una discreta marca de hierro está incrustada en el reclinatorio de piedra, que es un punto de medición oficial que indica la altura exactamente a 255,618 m sobre el nivel del mar.