Casa del Petrarca

Casa donde vivió los últimos años de su vida. Frescos del siglo XVI con escenas de sus obras.

Después de un largo tiempo vagando entre ciudades y cortes, en los últimos años de su vida Francesco Petrarca se retiró a esta casa, en la tranquilidad y el silencio de las Colinas Euganeas que tal vez le recordaban a su Toscana natal.

El edificio fue renovado siguiendo las instrucciones del poeta. Tras su muerte, fue remodelado varias veces por los numerosos propietarios que le sucedieron. En particular, en el siglo XVI, tras el petrarquismo que señalaba al poeta como modelo de perfección de la literatura italiana, el propietario Paolo Valdezocco quiso convertirla en una casa museo: el balcón de entrada, la escalera exterior, los frescos inspirados en el obras de Petrarca.

Curiosidad: en una habitación, dentro de una caja tapiada, ¡hay un gato de peluche! Como cuenta el propio Petrarca, mientras estaba ocupado escribiendo, una gata entró en su estudio y se posó sobre sus piernas: se sintió como en casa y muy querida. Estos restos momificados no son en realidad de ese felino, sino que fueron añadidos en el siglo XVII como homenaje a ese cariño y tal vez se hicieron pasar por originales.

Visita corta pero bonita, entrada (ver enlace para horarios y precios). Bastante concurrido los fines de semana, como el resto del espléndido Arquà Petrarca.

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