Catedral de San Salvador de Oviedo

Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI. Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII además de diversas capillas anexas a las naves laterales.

En la Cámara Santa, la cámara sagrada que forma parte del conjunto catedralicio, un relicario de plata contiene la Sábana Santa de Oviedo, espinas de la corona de espinas de Cristo y fragmentos de la cruz. Estas importantes reliquias llevaron a los peregrinos medievales a planificar una visita a Oviedo, aunque la ciudad no estuviera en el camino directo a Santiago. Había un dicho que decía que en la peregrinación había que pasar por el Salvador: "El que va a Santiago y no al Salvador visita al siervo y no al señor".

Quienes peregrinan por el Camino Primitivo se encuentran en antiguas calzadas romanas y peregrinan tras los pasos del rey Alfonso II, llamado el Casto, entonces gobernante del reino astur-gallego. Tras el descubrimiento del sepulcro de Jaime el Mayor (entre 818 y 834), el rey Alfonso II peregrinó hasta el sepulcro y mandó construir la primera iglesia en lo que hoy es Santiago de Compostela.