Refuge Tomy

El refugio está literalmente escondido en un pliegue de rocas de grandes dimensiones y lo encuentras de camino entre la cima y la gran cruz de hierro. Desde su cuidada terraza se ve a Banyuls a lo lejos, a menos de tres horas caminando, pero creo que una última noche en el Refugio Tomy sería un buen final si estás haciendo el GR10 desde el Cantábrico al Mediterráneo.

A 960 m sobre el nivel del mar y situado en la meseta de la montaña más oriental de los Pirineos no encontrarás aglomeraciones, esto es bueno porque el refugio puede acoger a un máximo de tres personas tumbadas, siempre que sean amables. Es acogedor, del tamaño de una gran tienda.

Subirse por el agujero de entrada necesita un poco de cuidado, pero las ventanas de cristal bien ajustadas le aseguran una burbuja a prueba de viento y de agua. Incluso hay una alfombra, hecha de Astroturf, que marca la diferencia. Encontré una estufa de butano y manuales de instrucciones de buen uso del refugio y de sus utensilios perfectamente protegidos en cajas de metacrilato y plástico. A 20 minutos andando hay una fuente (bajamos por el GR10 dirección Banyuls hasta 857 m de altitud, gira a la izquierda en el poste indicador). Nota: el grifo no es evidente: mira al lado derecho de la cisterna.