Grúa de carga

Las históricas grúas portuarias de Rheinauhafen se encuentran entre los últimos restos técnicos del antiguo punto de trasbordo de mercancías de una prometedora metrópolis comercial. Hoy están bajo protección de monumento. Sin embargo, de las más de 35 grúas antiguas sólo se conservan seis. Cuando se inauguró en 1898, el puerto contaba con 22 grúas, 16 de las cuales eran grúas pórtico móviles accionadas hidráulicamente y seis eran grúas de sótano con una capacidad de elevación de 1,5 a 5 toneladas. La hidráulica seguía siendo la energía motriz predominante a mediados del siglo XIX. No fue hasta alrededor de 1890 que surgieron los motores eléctricos. Sin embargo, en Colonia no quisieron confiar exclusivamente en la nueva tecnología y, por eso, combinaron ambos sistemas. Así nació la central eléctrica, que contenía bombas accionadas electrónicamente. Estas bombas generaban agua a presión, que se distribuía a través de canales accesibles por todo el puerto y se utilizaba para impulsar las grúas y ascensores. Posteriormente se agregaron grúas eléctricas y de vapor adicionales. De las seis grúas portuarias que quedan, todas menos una son anteriores a la Segunda Guerra Mundial, lo que supone un pequeño milagro para Colonia, que sufrió graves daños durante la guerra.