Fontane del Venchiaredo

Fuente Venchieredo
"Entre Cordovado y Venchieredo, a una milla entre los dos pueblos, hay una fuente grande y clara que también tiene la voz de contener muchas cualidades refrescantes y saludables en su agua. Pero la ninfa de la fuente no creía que sólo confiaba en las virtudes del agua para atraer a los devotos y se rodeó de un horizonte tan hermoso de prados, bosques y cielo, y de una sombra tan hospitalaria de alisos y sauces que está en la verdad un hueco digno del pincel de Virgilio este donde le gustaba ubicar su cuarto.Senderos escondidos y serpenteantes, el susurro de los riachuelos, laderas dulces y musgosas, nada falta por todos lados. Es precisamente el espejo de una hechicera, esa agua azul clara que, brotando insensiblemente de un fondo de diminuta grava, se elevó a duplicar en su seno la imagen de tan pintoresca y pastoril escena.Son lugares que hacen pensar en los habitantes del Edén antes del pecado; y también nos hacen pensar sin asco en el pecado ahora que ya no somos habitantes del Edén.Allí, pues, en torno a aquella fuente, se reunían en veladas festivas desde tiempo inmemorial las muchachas vagas de Cordovado, Venchieredo e incluso Teglio, Fratta, Morsano, Cintello y Bagnarola, y otros pueblos de alrededor. Y se quedan allí mucho tiempo en canciones en risas en conversaciones en meriendas hasta que la madre, el amante y la luna los llevan de regreso a casa. Ni siquiera quería decirte que los jóvenes también compiten con las chicas, porque ya era algo para imaginar. Pero lo que pretendo señalar es que, habiendo hecho las cuentas al final del año, creo y afirmo que la gente viene a la fuente de Venchieredo más a hacer el amor que a beber; y además allí se bebe más vino que agua. Sabes; en estos casos hay que obedecer a los embutidos y jamón de los bocadillos más que a la superstición de pasar agua.Yo para mí allí estaban las hermosas bóvedas de esa fuente encantadora; pero una sola vez me atreví a profanar con mi mano el cristal virgen de su savia. La caza me había llevado allí, quebrado por la fatiga y quemado por la sed; más, mi botella de vino blanco ya no quería llorar. Si volviera ahora, tal vez lo bebería a grandes sorbos como para rejuvenecerme..."