Pontón de la Oliva

El Madrid medieval era un bullicioso núcleo urbano que necesitaba grandes suministros de agua. El Magerit o lugar de aguas, según sus fundadores musulmanes, se abastecía con “viajes de agua”. Se trata de un sistema de galerías subterráneas para llevar el agua de las cabeceras de los ríos hasta las 54 fuentes de la ciudad. Allí era recogida por un millar de aguaderos que vendían el líquido por las casas. El sistema funcionó hasta mediados del siglo XIX. La población se multiplicó de manera desproporcionada, superando los 200 000 habitantes en el reinado de Isabel II, y la red de “viajes de agua” era insuficiente para abastecer a los madrileños. Además, los viejos y deteriorados canales construidos mil años antes eran fuente de infecciones y epidemias. El recorrido histórico del Canal de Isabel II recorre las instalaciones del Pontón de la Oliva, con paneles informativos sobre la historia de la presa, detalles arquitectónicos, edificios aledaños, sistemas de conducción y otras curiosidades del primer hito histórico que permitió a los madrileños disponer de agua potable. El Canal de Isabel II tiene 14 embalses en las vegas de los ríos Lozoya, Jarama, Alberche, Guadalix, Sorbe y Manzanares.