Vistas a la cara norte del Pedraforca

En este punto del GR 107 hay unas vistas impresionantes del emblemático macizo del Pedraforca.

En el punto del GR 107, donde el camino hace una suave curva, el senderista se encuentra con un espectáculo que le hará recuperar el aliento y el paso: el emblemático macizo del Pedraforca. Se eleva majestuoso en el paisaje, como si la propia tierra hubiera creado un trono monumental para los dioses de la montaña.Dependiendo de la hora del día y de las condiciones de iluminación, el macizo cambia de tonalidades, desde un delicado rosado con las primeras luces de la mañana hasta profundos tonos violetas y azules en el último crepúsculo del día. Las sombras y la luz bailan sobre las rocas irregulares, contando historias de millones de años, del viento y el clima que han dado forma a esta formación.Es un lugar de silencio donde, rodeado por la inmensidad de la naturaleza, uno siente la propia pequeñez y al mismo tiempo experimenta un sentimiento de asombro y asombro. Un momento en el que el tiempo parece haberse detenido y solo quieres quedarte y disfrutar de esta maravilla natural.El GR 107 tiene muchas bellezas que ofrecer, pero esta vista del macizo del Pedraforca es sin duda uno de los momentos más destacados, un momento inolvidable en cualquier caminata por este impresionante paisaje.