Schloss in Moschen // Zamek w Mosznej

Moshen // Moszna. El nombre del pueblo probablemente deriva del apellido Moschin. Según la leyenda, Moszna perteneció a la Orden de los Templarios en la Edad Media. En 1679, Moszna era propiedad de la familia von Skall. En 1723, tras la muerte de su propietaria Ursula Maria von Skall, Moszna cayó en manos de su primo, el mariscal de la corte de Federico el Grande, Georg Wilhelm von Reisewitz.
De esta época data el castillo, la parte central del castillo actual. En 1771, la familia von Reisewitz perdió Moszna y la propiedad fue comprada en una subasta por Heinrich Leopold von Sehrer-Thoss. En 1853 Karl Gotthard Sehr-Thoss vendió Moszna a Heinrich von Erdmannsdorf, quien la vendió en 1866 a Hubert von Tiele-Winckler de Miechowice. Su hijo Franz Hubert fue el creador y constructor del castillo, que se construyó después de que el palacio barroco se incendiara parcialmente en 1896. El abuelo de Franz Hubert, Franz Winckler, trabajaba como minero en la mina de Miechowice. Tras la muerte de su esposa y propietaria de la mina, se casó con su rica viuda María Aresin. En 1840 el rey de Prusia le concedió el título de nobleza. La heredera de la fortuna fue su hija Valeska, que se casó con Hubert von Tiele en 1854 y compró Moszna en 1866. Después del matrimonio, utilizan un apellido combinado: Tiele-Winckler. Hubert murió en 1893 y su patrimonio pasó a su hijo mayor, Franz-Hubert, según el principio de mayoría.
En 1895 alcanzó la nobleza gracias al título de conde que le otorgó el káiser Guillermo. Un año después, tras un incendio, reconstruyó y amplió su sede. En 1904, y más tarde en 1911 y 1912, el gobernante de Alemania visitó al Conde para cazar y en 1911-1913 se construyó para él el ala oeste. Claus-Peter, el hijo de Franz-Hubert, gastó parte de la fortuna de sus antepasados durante el período de entreguerras. Cuando murió sin descendencia, adoptó a su primo, cuyo hijo heredaría la propiedad y el título de conde. Su familia vivió en el castillo de Moszna hasta el final de la guerra y huyó a Alemania ante el avance del Ejército Rojo. Después de la guerra, el destino del castillo fue diferente: desde 1972 funcionó como hospital para el tratamiento de neurosis. Moszna – Según la imaginación de Franz-Hubert, el castillo tiene 365 habitaciones y 99 torres, por lo que es famoso. La arquitectura única del castillo atrae cada año a multitud de turistas.