Iglesia de San Bartolomé

Pequeño escondite en las colinas de Salò.
La Iglesia de la Virgen del Río es comúnmente llamada "Santuario". Está al final de un pequeño valle, a tres kilómetros de Salò ya un kilómetro de Renzano. Se llega a ella por un puente arrojado al río del mismo nombre: un arroyo casi siempre seco pero a veces turbulento y amenazante de lluvia.
Es tradición local que algunos montañeros y pastores, temerosos del peligro que pudiera derivar del cauce particularmente crecido, invocaran la protección de la Virgen. Y se les aparecía en una cueva de toba, de pie en persona pero en actitud muy amorosa, pronunciando palabras de esperanza y consuelo. Como signo de la presencia celestial "repentina" y consoladora, la Virgen habría dejado la huella de su pie sobre una piedra blanca en la cueva excavada "en las aguas del Río".
El santuario fue construido para dedicar esta aparición en el siglo XVIII, con una cascada que brota y numerosos cipreses "seculares" umbríos.