Kornelimünster Klause

Una pequeña capilla solitaria se sienta entronizada en la cima de la montaña. La extensión albergó originalmente el apartamento de un ermitaño. Hoy está ocupada de forma privada y, a diferencia de la capilla, no está abierta al público.

La ermita estuvo habitada por ermitaños desde 1658 y continuó hasta 1900. Parece que ese sigue siendo el caso, excepto que hoy en día, en la era de Internet y los teléfonos, la gente probablemente ya no llame ermitaño a nadie.

En el siglo XIX, la ermita era un destino popular para los huéspedes adinerados del spa en Aquisgrán, incluidos destacados representantes de la aristocracia europea.

El Klause se encuentra en el bosque de Klauser, una reserva natural que sirve para la conservación y el desarrollo de bosques caducifolios casi naturales de tilos y olmos con madera vieja y muerta y la protección de los biotopos rocosos en las laderas que descienden hacia el Inde.

Maravilloso lugar, gastronomía ejemplar.