Schloss Rheinsberg

El castillo inicialmente cambió de manos varias veces. No fue hasta 1736 que el príncipe heredero Federico II y su esposa Elisabeth Christine se mudaron al palacio. En 1740, tras la muerte de su padre, Federico se convirtió en rey y abandonó el Palacio de Rheinsberg. Cuatro años más tarde se lo regaló a su hermano menor Heinrich, quien vivió en él hasta el final de su vida.
Según una anécdota de Theodor Fontane, Heinrich amaba a uno de sus ayudantes. Como al rey no le gustó esto, Heinrich tuvo que sacar al hombre del castillo. Heinrich le regaló a su amigo un castillo a solo una hora a caballo del castillo de Rheinsberg. Así que la orden del rey se cumplió y ambos todavía podían verse regularmente.

Un hermoso castillo y un parque del castillo bellamente mantenido lo invitan a quedarse y admirar.

Maravilloso para practicar senderismo y ciclismo en la zona, pero lamentablemente pocas paradas de descanso.