Burg Trifels

En lo alto de este enorme barco rocoso, los emperadores de la familia Hohenstaufen controlaban el destino del Sacro Imperio Romano Germánico. Además de almacenar las joyas imperiales, cuyas copias se exhiben hoy en día, el castillo también sirvió como prisión para los opositores del emperador. Se dice que el más famoso de ellos, Ricardo Corazón de León, estuvo cautivo en el castillo durante más de un año y sólo recuperó su libertad tras un enorme pago de rescate de doce toneladas de plata.

El castillo también es un lugar destacado para los escaladores, a quienes les gusta trepar los 80 metros de la proa rocosa delantera bajo el sol del atardecer.

No hay casi nada más que agregar al consejo de Jonas Wind. El mejor consejo es evitar los fines de semana festivos si no quiere lidiar con los cientos de excursionistas que conducen hasta el estacionamiento del Restaurante Barbarossa justo debajo del castillo y luego solo tienen que subir la corta subida al castillo.

Castillo muy bonito y bien conservado.
Nota: No se permiten perros en las ruinas del castillo.