Cascada de Colores

Uno de los mayores reclamos turísticos del parque nacional de la Caldera de Taburiente que, sin embargo, se convirtió en ello de forma accidental, ya que inicialmente era solo un dique de contención de las aguas de la Caldera. Pero el hierro fue coloreando sus paredes y junto con las numerosas algas que también las tapizan, dio lugar a este lugar tan especial.

Reconocible en la mayoría de los motivos de las postales, la Cascada de colores es aún más impresionante en la realidad. También es divertido que, parado directamente frente a él, realmente no te das cuenta de que la pared es artificial (no ves el bosque por los árboles).
Lo mejor, sin embargo, es que la Cascada de Colores es el destino de una muy linda caminata por un barranco.

¡El desvío a la colorida cascada debe (!) tomarse en esta caminata!