Trans Pyrenees Race Nº 2 — Cómo un viaje se convirtió en una carrera

Crónica de la carrera de Pascal Röhm:

No me malinterpretes, me encanta vivir en Offenbach am Main. Es colorida, alegre y animada, pero también bulliciosa, sucia y maloliente. Para encontrar tranquilidad aquí, hay que acostumbrarse a oler el humo de los motores y las cocinas y a ver las montañas de residuos arrojados ilegalmente.

Cuando me detuve un poco más allá de Perpiñán viajando en bikepacking en 2021, sentí una diferencia abismal: estaba solo, rodeado de naturaleza. El viento susurraba entre los árboles, los pájaros cantaban y el olor predominante era el de los pinos.

Había visto el itinerario de la carrera Trans Pyrenees Race en una Colección de komoot y cuando vi por primera vez los Pirineos, lo tuve claro: algún día tenía que participar en esa carrera.

Pero no es tan fácil: un novato como yo no consigue un puesto de salida para una carrera de ultraciclismo tan popular, por muchas ganas que tenga de perderse entre los pinares. Aparte de algunas grandes excursiones en bicicleta, no tenía mucho que demostrar para obtener mi plaza. Por ello, en febrero de 2022 me alegré mucho cuando komoot me propuso el reto.

Así que empecé a llamar entrenamiento a mis paseos y adopté un enfoque más estructurado: aumenté mi volumen, me propuse hacer 400 kilómetros a la semana y me torturé con rutinas bien controladas. Tres meses antes de la carrera aumenté la carga de trabajo a 700 kilómetros y una salida de resistencia semanal, de 200 a 300 kilómetros seguidos. Muchas gracias a los locos que me apoyaron en estos entrenamientos.

Con mucha diversión, incontables trozos de tarta, litros de café y un poco de apretar los dientes, llegué a unos 11000 kilómetros anuales a finales de agosto. Ya me sentía preparado para competir.

Cualquiera que haya planeado alguna vez un viaje en bicicleta o haya volado con su propia bicicleta en avión, por ejemplo, sabe lo complicado del esfuerzo: ¿qué tengo que meter en la maleta? ¿Qué podría ocurrir? ¿Qué piezas de repuesto necesito para mi bicicleta, qué ropa llevo? Para la Trans Pyrenees Race, todos los participantes deben presentar también un certificado médico por adelantado para asegurarse de que están a la altura del desafío.

En la prueba, a lo largo de sus 1600 kilómetros de recorrido, hay que pasar siete puntos de control o parcours fijos: puntos o tramos previamente determinados. El resto se deja a la imaginación, al espíritu aventurero y a la meticulosa (o no tanto…) planificación de cada uno.

Todo estaba listo hasta que tres semanas antes de la carrera, probablemente un poco demasiado inspirado por la visión de que me permitieran participar en el TPR, me distraje un momento y me caí. Diagnóstico: un tendón roto de la muñeca derecha y una costilla magullada. Eso duele mucho de por sí, perola incertidumbre de si podría competir era peor. Tenía tantas ganas... Aunque no sabía si eso era relevante teniendo en cuenta que las costillas me daban una paliza cada vez que me reía.

Afortunadamente, dos semanas después del accidente pude volver a subirme a la bicicleta y al menos comenzar a dar pequeñas vueltas. Respiré aliviado… pero no demasiado profundo, que la costilla aún dolía.

Dos días antes de la carrera, la inscripción tenía lugar en San Juan de Luz, cerca de Biarritz. Aquí nos dieron los rastreadores GPS, las gorras con los números de salida y las tarjetas sagradas de brevet. Por la tarde hubo una sesión informativa de seguridad.

El 27 de septiembre estaba en el avión que me llevaba a Biarritz y me sentía estresado, emocionado, expectante y deseando que llegara el momento: toda la paleta emocional de un adolescente antes de una primera cita.

Añadido cuatro semanas después de la carrera:

Me sorprenden constantemente los tirones, el dedo del pie sigue entumecido, el tendón de Aquiles sigue crujiendo de forma alarmante, la muñeca está entablillada y vendada y los dedos hormiguean con cada movimiento.

Ya se han anunciado las próximas fechas para la cita de 2023.