En muchas ocasiones tendemos a pensar que los lugares bonitos están muy lejos de nuestro hogar. A veces, incluso en otro continente. Y no es de extrañar, porque estamos muy acostumbrados a ver en los medios imágenes de lugares idílicos a los que únicamente podemos ir si ahorramos durante una larga temporada.

Viajar, en mi opinión, es una de las mejores maneras de crecer a nivel personal. No solo aprecias con la vista, sino también con la mente y el corazón. Sin embargo, no todo el mundo tiene la posibilidad de cruzar el planeta en avión, así que lo mejor es preguntarse: “¿qué hay de lo que tenemos a nuestro alcance?” Hay parajes naturales increíbles que están a tiro de piedra y simplemente desconocemos por completo su existencia.

Por este motivo, te invito a embarcarte en una aventura de cinco días en la provincia de Málaga, una tierra riquísima en todos los aspectos de la palabra. Concretamente, esta Colección se centra en la Gran Senda de la Serranía de Ronda (GR 141), una de las nueve comarcas que conforman dicha provincia. A su vez, estas cinco Rutas recorren nueve de los 22 municipios de la comarca.

La provincia de Málaga cuenta su historia a través de la arquitectura y los nombres de sus pueblos. Esta tierra, ocupada desde hace miles de años, ha ido adaptándose a los tiempos sin olvidar las costumbres y las formas tradicionales de economía.

Esta comarca respira bosques de un verde intenso, se baña en ríos cristalinos, se queda boquiabierta ante los inmensos barrancos y las impresionantes cuevas, se cuelga de las paredes calizas, pasea por los valles y vuela con los buitres leonados.

Es por todo esto que un viaje por el interior de Málaga significa aprender, sorprenderse y amar esta increíble tierra que algunos tenemos la suerte de tener de vecina.

Esta Colección de 113 kilómetros está diseñada para cualquier persona que tenga un mínimo de resistencia y forma física. El itinerario no es difícil a nivel técnico. Sin embargo, sí es largo y tiene un desnivel positivo acumulado de 3650 metros.

La aventura comienza y termina en Ronda, ciudad que está muy bien comunicada gracias a las estaciones de tren y autobús. En cuanto al alojamiento, todas las etapas terminan en pueblos donde tienes opciones variadas para dormir. Sin embargo, te recomiendo reservar con antelación para evitar cualquier imprevisto.

Todos los días puedes hacer una parada en algún pueblo del camino, en los que hay todo tipo de servicios para reabastecerse. Aun así, te aconsejo que lleves agua de sobra y algunos aperitivos, como frutos secos o barritas energéticas.

La mejor época para hacer este recorrido es entre el otoño y la primavera. Málaga goza de un clima privilegiado, así que es posible que aun en estas fechas las temperaturas sean bastante altas. Por ello es importante empezar a caminar muy temprano, además de llevar una gorra o sombrero y protección solar.

Solo me queda desearte una feliz experiencia por lo que, a mi parecer, es una maravilla al alcance de la mano.