Robles y pinos. Hayedos y bosques de ribera con magníficos abedules. Una sierra de orografía abrupta repleta de rincones mágicos donde habitan los lobos y que guarda los secretos de una antigua vía del ferrocarril minero cuya breve historia está llena de anécdotas e interrogantes. Y, por si esto no fuese suficiente atractivo, fueron las obras para la construcción de este trazado las que dejaron al descubierto las cuevas donde se encontraría el famoso yacimiento de Atapuerca, uno de los hitos arqueológicos más importantes del mundo.

Lejos de ser un trazado fácil, sin grandes pendientes ni cambios de dirección, como suelen tenernos acostumbrados otras vías verdes, este que tienes por delante es bien variado, en muchos sentidos. Siguiendo el intrincado curso del río Arlanzón, vas a atravesar valles y montes. A veces a través de cómodos túneles y otras mediante cuestas con pendientes importantes.

Hay muchas maneras de recorrer esta vía verde. Hay quien va y vuelve en una sola jornada, aunque supone un buen desafío. También hay quien establece el campamento base en Pineda de la Sierra, hacia la mitad de la vía, y un día recorre un extremo y al siguiente, el otro. O quienes salen de un extremo, duermen al final y vuelven por el mismo recorrido.

El viaje que aquí te propongo me parece más variado que las anteriores opciones: se trata de recorrer toda la vía verde en una primera etapa, saliendo desde Arlanzón y terminando en Barbadillo de Herreros y luego, al día siguiente, volver también por el valle pero haciendo uso de las bonitas carreteras burgalesas, de nuevo a Arlanzón previo paso por Pineda de la Sierra y Villasur de Herreros.

En total recorrerás 107 kilómetros y sumarás casi 1400 metros de desnivel positivo en un corto pero intenso viaje cicloturista.

La mejor época del año para realizar esta Colección es, si no hay muchas lluvias, en otoño. Los bosques, sobre todos los hayedos, teñirán los paisajes de tonos rojizos y la sierra ofrecerá su faceta más bonita. También puedes recorrerla a principios de verano, cuando las temperaturas no son muy altas y los árboles te protegen del sol en gran parte del camino.

Disfruta mucho del viaje mientras pedaleas por las tierras que acogieron a algunos de los primeros homínidos de la historia.