Marruecos es un país lleno de maravillas donde cada lugar es un mundo y cada persona, una enseñanza. Descubrirlo desde abajo significa recorrer enormes dunas de arena dorada, estrechas callejuelas azules, edificios de increíbles paredes talladas, mercados laberínticos con olor a especias y ver sonrisas que transmiten un profundo agradecimiento. Sin embargo, el viaje que te propongo te lleva a conocerlo desde su parte más íntima, rural y auténtica.

Esta aventura de dos días te permite rozar con los dedos el cielo del norte de África, el Toubkal. Con sus 4167 metros de altura, es la prominencia más alta del Atlas. Esta cordillera se extiende a lo largo de 2400 kilómetros, atravesando nada más y nada menos que tres países: Marruecos, Túnez y Argelia.

Esta Colección de 30 kilómetros y casi 5000 metros de desnivel acumulado está diseñada para personas con una buena forma física. No hace falta ser un experto en alta montaña, pero sí contar con cierta experiencia.

El recorrido comienza y termina en Imlil, un pueblo situado en el corazón del Alto Atlas. Antes de que el ascenso al Toubkal se popularizara, la principal actividad económica en la zona era el cultivo de nogales, manzanos y cerezos. Aunque sigue siendo un territorio muy rural, hay muchos habitantes que han dado un salto al sector turístico. Es por eso que es fácil encontrar riads, tiendas y restaurantes por todas partes.

Desde principios de 2019 es obligatorio ir acompañado de un guía local para realizar el ascenso al Toubkal. De lo contrario, no te dejarán avanzar en los puestos de control que hay cada ciertos kilómetros. En estas casetas, además, te revisarán el pasaporte.

Para contratar un guía tienes varias opciones. La primera opción —y la más fácil— es contactar previamente con uno de los albergues de Imlil para que lo organice todo: traslado desde el aeropuerto de Marrakech al pueblo (y viceversa), alojamiento y cena en el refugio, guía de montaña, etc. Te darán un precio cerrado, que suele ser económico teniendo en cuenta la cantidad de cosas que incluye. Yo recibí un trato encantador por parte del equipo de Hassan: natur-atlas.com.

La segunda opción es organizarlo con alguno de los dos refugios de montaña, que también ofrecen paquetes. Puedes consultar más información en estos enlaces del refugio de Louis Neltner, CAF refugedutoubkal.com/es/2-dias-trekking-en-toubkal--del-marrakech---cima-del-toubkal---cumbre-del-toubkal--/7 y del refugio Les Mouflons refugetoubkal.com/nos-activites.

La tercera opción es ir por libre, sin planificar nada. Esto significa que deberás coger un taxi desde Marrakech a Imlil, reservar el refugio por tu cuenta, y buscar un guía —que podría no tener licencia— en alguna tienda. El aspecto negativo de esta opción es que tendrás que negociar el precio de todo y puede que tardes más de lo previsto en comenzar la excursión.

En cualquiera de los casos, te recomiendo encarecidamente que pidas un listado de lo que incluye cada paquete para asegurarte de que tendrás todo lo necesario. Algunos guías proporcionan crampones y piolets de alquiler. Hay quienes también piden una mula que les lleve el equipaje hasta el refugio.

En la etapa de ascenso a cumbre, te recomiendo que dejes todo lo innecesario en el refugio. Sube únicamente con agua, alguna barrita energética, tus bastones de trekking, y crampones y piolets (si fueran necesarios). A la vuelta podrás pararte en el refugio para recoger las cosas y reponer fuerzas antes de bajar a Imlil.

Se hacen salidas a cumbre durante todo el año. Sin embargo, has de tener presente que si vas en invierno, la nieve aumenta la dificultad técnica de la Ruta. Además, hay más probabilidades de que haga mal tiempo y el ascenso no esté permitido. Te recomiendo ir en primavera o en otoño.

Lleva en la mochila tu pasaporte, un buen saco de dormir, un chubasquero y una muda de ropa. Incluye más o menos abrigo dependiendo de la estación en la que vayas, pero recuerda que a 4167 metros de altura siempre va a hacer frío. Es recomendable usar botas de media caña para proteger los tobillos. Por último, no te olvides de los grandes aliados de tus rodillas: los bastones de trekking.

Solo me queda desearte la mejor de las experiencias. Disfruta, empápate de la cultura y llena tus pulmones del aire del techo del Atlas.