En plena preparación para una carrera de ultrafondo, decidí terminar el mes de febrero recorriendo los senderos de la Gran Travesía de Vaucluse. Se trata de una Ruta muy exigente para bicicleta de montaña, que cuenta además con el sello de la FFC. El recorrido es precioso y duro a partes iguales. La tecnicidad del terreno y los incesantes ascensos y descensos dejan poco respiro a quienes vienen a probar la experiencia. El 50 % de la Ruta serpentea por senderos estrechos, el 40 % por cortafuegos y otros caminos más accesibles, y el 10% por carretera.

Esta Colección es una versión ligeramente diferente de la GTV. Ofrece varias ventajas: en primer lugar, te da la posibilidad de incorporarte al itinerario desde la estación TER de Bollène-La-Croisière y de volver desde la de Cavaillon. En segundo lugar, cada etapa termina en una ciudad con varias opciones de alojamiento y restauración. Por último, como la Colección está dividida en tres jornadas, puedes completar el itinerario en un fin de semana largo.

Esta versión me permitió disfrutar del 95 % de los placeres y desafíos que ofrece la Ruta sin necesidad de reservar una semana entera, que es lo que normalmente te lleva hacer el itinerario clásico.

No obstante, si te interesa el recorrido original, échale un vistazo a esta Colección: komoot.com/es-es/collection/1376969/du-sommet-a-la-source-la-grande-traversee-du-vaucluse-en-vtt.

El primer día fue el más largo, con más de ocho horas pedaleando. La Ruta sigue la nueva prolongación del camino entre Bollène y Suzette. Hice un pequeño desvío al final de la jornada para volver a bajar a Beaumes-de-Venise. Aquí hay hoteles y casas rurales.

Después de empezar el segundo día empujando la bici por algunos tramos muy empinados y técnicos, decidí modificar ligeramente mi plan para utilizar partes de la versión para MTB eléctrica. Esta opción algo menos técnica evita las zonas de porteo. Tras ascender el Mont Ventoux y alcanzar Aurel, abandoné la Ruta oficial de la GTV justo antes de Sault. Me dirigí a la magnífica meseta de Albion, donde había reservado una habitación en la casa rural ASPA de Saint-Christol.

El tercer y último día fue el más técnico. Me enfrentaba a largos descensos, subidas pedregosas y porteos. La Ruta oficial de la GTV tiene una variante norte que termina en Fontaine-de-Vaucluse. Sin embargo, yo decidí continuar por la parte sur, que acaba en Mérindol, en pleno macizo del Luberon. Desde aquí me desvié a Cavaillon para coger el tren de vuelta. Terminé este viaje cansado pero maravillado por la belleza de los paisajes tan salvajes y auténticos que atravesé.

Te recomiendo que utilices una bicicleta de montaña con doble suspensión o una rígida si tienes un buen nivel técnico. Evita las bicis gravel. Dada la dificultad de la Ruta, es mejor optar por dormir bajo techo para no cargar más peso de la cuenta.

Ten en cuenta que a veces es complicado encontrar puntos de avituallamiento. No olvides llevar agua de sobra (al menos 1,5 litros) y comida.

El macizo del Mont Ventoux, aunque se encuentra en el corazón de la Provenza, es un entorno de montaña en el que el tiempo puede cambiar rápidamente. Lleva un chubasquero, una chaqueta de abrigo, mallas, manguitos y guantes.