Los valles y llanuras que conforman las fronteras entre las actuales provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza vivieron una época intensamente bélica entre los siglos XI y XII. En la Edad Media, las taifas de Toledo y Zaragoza y los reinos cristianos de Castilla y Aragón se disputaban constantemente esta zona para expandir sus dominios. En pleno conflicto, el Cid vino a agitar esta zona aún con más intensidad. Lo hizo cuando el rey Alfonso VI le condenó al destierro. La gesta de Rodrigo por las Tierras de Frontera quedó plasmada en el “Cantar de la gesta de Mio Cid”, un relato anónimo sobre las hazañas heroicas inspiradas en los últimos años de vida del caballero castellano.

Durante 16 días, el campeador avanzó por el Henares desde Atienza. En el camino tomó fortalezas y avitualló a sus huestes. Además, atravesó el temido páramo de Layna, una estepa helada a más de 1000 metros de altitud. Después, prosiguió con sus hombres por el Jalón hasta la villa fortificada de Alcocer, cerca de Ateca, donde acampó para emprender un asedio de tres meses. De esta forma, tomó y se hizo con los mandos de la localidad.

Te invito a cabalgar sobre tu bicicleta durante cinco días por estas tierras fascinantes. De esta forma, a golpe de pedal, vas a recorrer los valles y cañones formados por los ríos Henares, Dulce, Tajuña y Jalón. Este paisaje está intensamente influenciado por las aguas de estos ríos, no solo en su orografía, sino por la disponibilidad de riego. A pesar de su árida apariencia, se trata de un terreno extensamente cultivado por sus moradores incluso desde la época medieval. Actualmente, el camino te lleva a rodar entre inmensos campos de cereal.

Durante las cinco etapas tienes la sensación constante de pedalear por la llanura típica de la meseta castellana. Sin embargo, el paisaje te depara sorpresas. Especialmente cada vez que divisas una de las imponentes fortalezas que yerguen sobre colinas y promontorios que consiguen romper con la monotonía de la planicie. Estas edificaciones son los últimos testigos y protagonistas del constante conflicto medieval. Estos fuertes y castillos son: Atienza, Jadraque, Pelegrina, Sigüenza, Medinaceli, Montuenga de Soria, Monreal de Ariza y, especialmente, al final del viaje, Calatayud. Este último es una de las fortalezas islámicas más importantes de España. Además, no sólo éstas magníficas edificaciones defensivas permanecen en pie. También vas a encontrar atalayas y torres en muchos puntos altos de tu Ruta.

El recorrido temático de “El Camino del Cid — Tierras de Frontera” lo inicias en Atienza y terminas en Calatayud. Ambas cuentan con opciones de transporte público terrestre y están bien comunicadas por carretera. Todas las etapas terminan en poblaciones que cuentan con servicios turísticos diversos para descansar y disfrutar de la gastronomía.

Cualquier temporada sin precipitación es ideal para pedalear por las Tierras de Frontera. La mayoría de los caminos son arcillosos y, en días de lluvia, se hace muy difícil avanzar por el barro. Los días secos de primavera y otoño se presentan como la mejor opción, sobre todo por las temperaturas templadas. Ten en cuenta que, por estas zonas, el clima es extremo pudiendo disfrutar de duros inviernos y veranos muy calurosos. Por otro lado, apenas hay tramos con sombra por lo que te recomiendo usar protector solar en cualquier época del año. En el camino pasas por muchos pueblos pequeños donde puedes hacer pausas y rellenar los bidones.

Para cabalgar tras los pasos del Cid, una bicicleta de gravel es perfecta. Esta te permite avanzar a buen ritmo por las pistas y sendas de tierra además de tener también un buen rendimiento en las carreteras con asfalto rugoso. De esta forma, te permite llevar lo justo para estos cinco días tranquilos en las tierras que Rodrigo agitó durante su primer destierro.