Menorca es la isla tranquila de las Baleares. Sus atractivos van mucho más allá del tópico de calas vírgenes de aguas turquesas. Aunque no es una isla de gran tamaño, ofrece acantilados, cultivos, bosques, barrancos y llanuras que podrás admirar durante todo este GR 223, más conocido como Camí de Cavalls. Hay varias versiones de esta misma Ruta. La completa es de una semana y, esta en concreto, es la versión de cinco días.
El itinerario es un cómputo de senderos y veredas que dan vuelta a la isla en busca de sus rincones más secretos. Entre la población local se extiende la hipótesis de que algunos tramos ya existían en el siglo XIV debido a que los catalanes usaban este camino como defensa. El rey debía otorgar tierras a quien pudiera mantener un caballo y disponer de armas en caso de posible ataque enemigo.

Al tratarse de un recorrido circular, se puede empezar en cualquier punto. Sin embargo, el kilómetro cero establecido oficialmente está en el puerto de Maó, donde arranca la primera etapa. Todo el itinerario está señalizado y homologado como GR 223. Durante el mismo, tienes que superar más de 100 barreras que se han de cruzar, pues son un reflejo de la actividad ganadera del territorio. Recuerda que deben mantenerse cerradas para que los animales no pasen de un lado a otro.

Es aconsejable que traigas tu bicicleta de montaña y que ésta disponga de suspensión delantera. Asimismo, si quieres ahorrarte el transporte y el tiempo de embalaje, en la isla hay varias tiendas donde puedes alquilar la bicicleta que mejor se adapte a la Ruta. Recuerda que tenga botelleros suficientes, así como una pequeña bolsa donde poder llevar una prenda fina de abrigo y algún que otro snack.

La mejor temporada para recorrer el Camí de Cavalls son la primavera y el otoño, siendo el invierno muy ventoso y húmedo, y el verano caluroso y con mucho turismo.

La Ruta está pensada para personas con una preparación física media y un nivel técnico medio-alto. Ten en cuenta que, aunque puedes tomar alternativas, hay senderos que requieren que manejes tu bicicleta de montaña con cierta destreza. Además, muchos tramos no son ciclables si no dispones de un nivel técnico alto. Te tocará echar pies a tierra y empujar mientras disfrutas del paisaje de alrededor.

He dividido las etapas para que puedas dormir en las poblaciones a las cuales llegas cada noche. Cuentan, además de con alojamientos, con restaurantes o lugares donde poder cenar y desayunar. Sin embargo, son distancias y desniveles considerables y tendrás que tener en cuenta la dificultad del terreno ya mencionada anteriormente.

Para llegar a Menorca, lo puedes hacer por avión o barco. Por aire hay conexiones directas desde muchos puntos de Europa y España. Además, también puedes coger un barco desde Barcelona o Valencia.

Si te atreves con esta aventura sobre ruedas, estoy segura de que su atractivo cultural y natural te mantendrá, además de en forma, con la boca abierta durante las cinco jornadas. ¡Que te diviertas!