Cada vez que hablo de Soria, me refiero a ella como “el paraíso gravel desconocido”. Un territorio inexplorado, incluso para los que viven en las comunidades autónomas colindantes. Soria está ubicada en el extremo oriental de Castilla y León, limitando con La Rioja y las provincias de Burgos, Segovia, Guadalajara y Zaragoza. Esta región es la provincia española con menos población y uno de los territorios con menor densidad de habitantes de la Unión Europea. Y no es de extrañar, ya que la mayoría de sus pueblos cuentan con menos de 100 pobladores. En la actualidad, solamente once, como Almazán o Burgo de Osma, cuentan con más de 1000 habitantes. Sin embargo, (y quizás por ello) Soria es una tierra que alberga lugares naturales en estupenda conservación que, estoy segura, te dejarán con la boca abierta.

Este recorrido asequible te permite descubrir los increíbles picos de Urbión, los bosques reales de la zona, la famosa laguna Negra, el majestuoso Cañón de Río Lobos y sus buitreras o la ermita de San Bartolomé, entre muchos otros enclaves y parajes naturales. En esta región no solo puedes disfrutar de increíbles espacios naturales, sino también de una riqueza arqueológica, patrimonio histórico y cultural increíbles. Además, a todo esto se le suma una gastronomía que favorece al estómago de las personas que la recorren sobre dos ruedas. Prepárate para saborear los torreznos, las migas de pastor, las setas, la trufa negra y la carne de kilómetro cero de uno de los pastos más famosos de la península ibérica.
Al tratarse de un recorrido circular, se puede empezar en cualquier punto del mismo. Sin embargo, te propongo que comiences en Soria capital, pues es el lugar más accesible para llegar en transporte público. Hay autobuses que llegan hasta aquí desde puntos como Madrid, Burgos, Zaragoza o Vitoria, entre otros. Asimismo, también cuenta con una estación de trenes al sur que te conecta con Madrid en apenas tres horas. No te olvides de consultar las políticas de equipaje especial de las compañías de transporte antes de comprar el billete. Si, por el contrario, quieres llegar hasta aquí en tu vehículo propio, Soria cuenta con aparcamientos gratuitos y de pago.

Esta Ruta está diseñada para disfrutarla sobre una gravel o bicicleta de montaña. No hace falta que disponga de suspensión, pues se trata de una circular sin tramos técnicos. Asegúrate de que tenga botelleros suficientes y de ir lo más ligero posible.

Te recomiendo hacer esta Ruta en primavera, verano y comienzos del otoño. Ten en cuenta que la provincia de Soria se encuentra a una altura de mínimo mil metros. Al contar con un clima oceánico, el invierno se caracteriza por ser largo y frío, con temperaturas medias de dos grados en las que predominan fuertes heladas, viento y posibles frentes nivosos. Sin embargo, puedes disfrutar de una primavera templada y un verano suave con cielos despejados. Te recomiendo usar el infalible sistema de capas, pues, sobre todo en primavera y en otoño, las temperaturas son muy dispares entre el día y la noche.

El recorrido está pensado para personas con una preparación física media. Ten en cuenta que, por ejemplo, en el parque natural del Cañón del Río Lobos tienes que empujar la bicicleta durante varios tramos. Algunos de ellos no son ciclables, puesto que se trata de senderos enfocados al caminante. Más concretamente, el cruce del río en varias ocasiones y los caminos hechos sobre las paredes del cañón te obligan a echar pie a tierra y empujar mientras disfrutas del increíble paisaje que te rodea.

He dividido la Ruta circular en cinco días para que puedas saborear este paraíso gravelero con calma y en autosuficiencia. Sin embargo, puedes adaptar el recorrido a tu forma física y tiempo disponible.

Durante el trayecto, pasas por pueblos grandes como Burgo de Osma o Vinuesa donde puedes acceder a servicios básicos como alojamiento, bares o tiendas donde comprar víveres. Te propongo que cargues con tu material de acampada o vivac para que puedas disfrutar de algunos de los refugios no guardados donde te propongo pernoctar cada noche. Recuerda respetar siempre las normas básicas de pernocta y dejar estos lugares igual o mejor de lo que te los encontraste.

Las distancias diarias oscilan entre los 30 y los 65 kilómetros, con desniveles que ningún día superan los mil metros. Si te atreves con esta aventura sobre ruedas por este paraíso gravelero, no te arrepentirás ni un momento de haber llegado hasta la todavía desconocida Soria con tu bicicleta.