El sendero de la Luna Llena (o “Sender de la Lluna Plena” en valenciano) es perfecto para descubrir no solo la increíble naturaleza del interior de Castellón, sino también su patrimonio cultural, arqueológico y arquitectónico. El camino discurre por el impresionante parque natural del Peñagolosa, cuyos montes están considerados sagrados por muchos valencianos religiosos.

La Ruta te regala un paisaje formado por escarpadas lomas y profundos barrancos. Caminas por áreas de matorral, pinares y carrascales. También pasas por masías, fuentes, yacimientos arqueológicos, ermitas y castillos, así como por los pueblos de Useras —donde termina la primera etapa— y Chodos. Después de casi 60 kilómetros, la Ruta llega a su fin en el santuario de San Juan de Peñagolosa. El último viernes de abril, 12 peregrinos y un guía salen desde Useras para subir hasta el santuario en el más absoluto silencio. Ellos recorren este mismo sendero que vas a seguir tú.

Después de saber todo esto, seguro que entiendes por qué la Ruta es tan interesante no solo desde el punto de vista místico o religioso, sino también desde el naturalista y deportivo. Y es que el Sendero de la Luna Llena (GR 33) tiene de todo.

El GR 33 comunica la costa y el interior de la provincia de Castellón. El recorrido une Castellón de la Plana con el santuario de San Juan de Peñagolosa, a 1292 metros.
He dividido esta Colección en dos etapas de alto voltaje entre las que puedes disfrutar de un merecido descanso en Useras, donde hay alojamiento y restauración. En total son unos 58 kilómetros en los que el trazado es un continuo sube y baja, lo cual obliga a ascender unos 2500 metros con sus correspondientes bajadas. Por esta razón, solo recomiendo esta aventura a senderistas con experiencia, una gran capacidad física y mucha resistencia. De lo contrario, es muy probable que no disfrutes del camino.

La Ruta se inicia cerca del Hospital General de Castellón de la Plana. Para llegar hasta esta ciudad puedes usar tu propio coche, el autobús, el tren o el avión. Está muy bien conectada en transporte público. Una vez llegues al punto final de la Ruta, lo mejor es contar con un coche de apoyo que te pueda volver a llevar a Castellón de la Plana después de la exigente caminata.

Debido al kilometraje y el desnivel de las dos etapas, la mejor época para realizar esta Ruta es el final de la primavera o el principio del otoño. Así, tienes más horas de luz para completar el recorrido y no tienes que luchar contra el calor sofocante del verano. Aunque hay algunas fuentes en el sendero, recuerda llevar agua de sobra y algunos snacks que te den energía. Lleva también una linterna por si anochece, además del calzado más cómodo que tengas. Conozco a varias personas que, al llegar al final de la primera etapa, tenían los pies llenos de ampollas, así que te recomiendo elegir un calzado con el que ya estés acostumbrado a andar.

Dicho esto, solo me queda añadir una cosa: ¡diviértete y dalo todo!