Siempre me han atraído los departamentos de Dordoña y Lot. Empecé a interesarme por el arte prehistórico desde que era pequeño, y precisamente ese rincón del suroeste de Francia es rico en maravillas del Paleolítico superior.

Gracias a varias caminatas y visitas a cuevas, fui descubriendo los tesoros de estas dos regiones únicas: la piedra caliza anaranjada de casas y castillos, los apacibles cursos de los ríos Dordoña y Vézère, los increíbles pueblos medievales de Domme y Rocamadour, el silencio de las carreteras, los exuberantes bosques, los bellos acantilados y las numerosas posibilidades de bañarse en lagos y ríos.

A estas riquezas, que son un placer para los sentidos, la mente y el espíritu, se añaden los numerosos platos de esta región del suroeste. Entre las especialidades locales destaca el magret de pato. Otros de los productos típicos son las nueces, las fresas y el tabaco.

Nuestros antepasados se asombrarían si vieran el cambio que ha experimentado su hogar: hace 20 000 años, el paisaje se parecía más a las estepas mongolas o a las tundras escandinavas.

En esta Colección te propongo una caminata de 91 kilómetros repartidos en cuatro días. El recorrido sigue el GR 64, cuyos senderos te permiten experimentar la diversidad y el extraordinario potencial de la zona en poco tiempo.

La aventura comienza en el pueblo de Rocamadour, que te deslumbrará nada más llegar. Desde este increíble lugar de peregrinación viajarás a parajes naturales, castillos y ríos. El broche final lo pone la capital de la prehistoria, Les Eyzies de Taya. Te recomiendo que añadas algún día más para realizar visitas culturales.

Estas regiones están rebosantes de vida en primavera, pero el verano y el otoño son igual de encantadores para hacer senderismo. Evita el invierno, a menos que te gusten los paisajes muy nublados.

Cada etapa termina junto a un camping, aunque también puedes optar por vivaquear en algún bosque. También puedes dormir en casas rurales u hoteles, pues hay muchas opciones. El GR 64 es bastante fácil y, como el entorno no es montañoso, es asequible para senderistas de todos los niveles.

Se puede llegar en coche, en autobús o en tren. La estación SNCF de Rocamadour-Padirac está a cinco kilómetros del pueblo. Si quieres evitar esperas, aparca un coche en el punto de partida y otro al final del recorrido.

Para profundizar en el tema de la prehistoria, visita la cueva de Rouffignac —donde hay muchas pinturas de mamuts— y el abrigo de Cap-Blanc, que tiene caballos esculpidos en la roca. Si te apetece informarte sobre otras aventuras similares, échale un vistazo a esta Colección: komoot.com/es-es/collection/1256103/dans-les-pas-de-cro-magnon-un-voyage-prehistorique .

¡Disfruta de la visita!