Las aguas del alto Duero mediaron en los conflictos entre cristianos y musulmanes durante los siglos X y XI. Aquellas luchas tuvieron como epicentro las numerosas fortalezas y murallas que jalonan ambos márgenes del río en lo que actualmente es la provincia de Soria. El castillo de Gormaz es la joya de estos bastiones. Los musulmanes construyeron esta descomunal fortaleza califal que, con sus 1200 metros de perímetro amurallado, 446 metros de largo y 28 torres, fue la mayor de Europa en su época.

Hoy conocida como tierras de frontera, los campos y sierras del sur de Soria albergan un extenso patrimonio arquitectónico, militar y natural. Aparte del mencionado castillo de Gormaz, puedes visitar ciudades y pueblos amurallados como Almazán, el Burgo de Osma, Maderuelo o Retortillo de Soria. También puedes encontrar las ruinas de otras fortalezas como las de Berlanga de Duero, Castillejo de Robledo o Langa de Duero. Y por si fuera poco, en el camino te topas con más vestigios históricos en forma de atalayas, puentes, calzadas y yacimientos romanos. Pero el colofón del viaje es conectar la historia pedaleando por los paisajes de campos y páramos, cañones y arboledas que se dispersan por los cauces de los ríos Duero, Riaza y Talegones.

Caminos de Frontera es una iniciativa que busca dar a conocer este acervo cultural y paisajístico a través de varias rutas en bicicleta. En concreto, la Ruta de las murallas del alto Duero te propone recorrer casi 300 kilómetros por sendas, pistas y carreteras que conectan estas fortalezas a través de la riqueza de sus espacios naturales. He dividido la aventura en seis etapas, de modo que puedas disfrutar de sus tesoros, sin prisas y a tu ritmo. Cada Ruta pasa por los lugares más significativos y termina en una población que cuenta con servicios turísticos. Si quieres consultar la extensa lista de recursos que ofrece esta iniciativa puedes visitar su web caminosdefrontera.com/las-murallas-del-alto-duero.

El recorrido tiene poco más de un 25 % de asfalto, por lo que, en su mayoría, pedaleas sobre tierra o grava. Sin embargo, no existe ningún tramo que presente dificultad técnica reseñable, por lo que puedes emprender tu pedaleo con una bicicleta de montaña rígida de 29 pulgadas o una de cicloturismo que tenga un neumático generoso. Eso sí, es recomendable que efectúes una revisión previa para evitar averías y que lleves contigo algunos repuestos.

En cuanto al equipaje, no necesitas más que una muda (o dos) de ropa, crema solar, chubasquero y tu aparato de fotos preferido. Las vistas son innumerables, así que tenlo siempre a mano.

Las mejores temporadas para atravesar a pedales las Tierras de Frontera, como hizo el mismo Cid, son la primavera y el otoño. Estas estaciones ofrecen temperaturas más templadas. El invierno soriano es famoso por su frialdad, por lo que te lo desaconsejo completamente. El verano es factible, pero las altas temperaturas podrían suponer un reto extra.

La Ruta es circular desde Almazán, que cuenta con una estación de tren regional exprés, en el que se puede transportar la bicicleta sin empacarla. Esta ciudad también está muy bien conectada por autovía, de modo que puedes optar por conducir tu vehículo particular y estacionarlo, por ejemplo, en el aparcamiento del Duero.

Solo me queda desearte que, cuando cabalgues bajo las fortalezas y rodees las murallas, sientas la emoción de una conquista pacífica a golpe de pedal.