Entre la catedral gótica de San Salvador de Oviedo y el monasterio románico de Santo Toribio de Liébana, en Camaleño, está el santuario de Covadonga, y se esparcen, multitud de ermitas, monasterios, puentes medievales, sendas por túneles vegetales, caminos de ensueño a lo largo de tranquilos ríos, infinitos paisajes de prados verdes y frondosos bosques. Además, el paisaje está repleto de inolvidables panorámicas de los picos de Europa y decenas de encantadoras aldeas asturianas y cántabras. Así es el Camino de los Santuarios.

Esta peregrinación religiosa ancestral atraviesa cerca de 174 kilómetros por el vasto patrimonio natural y cultural de estas dos comunidades autónomas del norte de España. La travesía está documentada históricamente y tiene dos variantes, una más larga que va por Panes, y otra más corta que sube desde Sotres y que es la que te presento en esta Colección de nueve etapas.

El Camino de los Santuarios vertebra un recorrido inigualable por el acervo etnográfico y religioso de Asturias y el occidente cántabro. Transitarlo a pie te ofrece el privilegio de poder admirar el entorno a una velocidad mucho más lenta de la que ofrece la vida moderna; así podrás saborear el paso por cada aldea con sus hórreos, cada tramo de senda por la infinita variedad de verdes de la cornisa cantábrica y cada monumento que ofrece esta caminata.

Además, te espera una deliciosa inmersión en la variada propuesta culinaria asturiana, llena de productos locales cargados de autenticidad y dedicación. Otra de sus grandes bondades es la hospitalidad y el carácter alegre de sus gentes, que harán que te enamores del norte a cada paso.

La travesía empieza en la catedral de San Salvador de Oviedo. Te recomiendo llegar un día antes a la capital asturiana, visitar su centro histórico y disfrutar del ambiente de sus sidrerías y chigres. Como capital autonómica, Oviedo tiene muy buenas comunicaciones con el resto de España, tanto por autovía, como en autobús y tren. El punto final se ubica en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Camaleño, a tres kilómetros de Potes. Desde allí puedes bajar en autobús a Santander, que cuenta con conexiones al resto de grandes ciudades de la península.

En general, las etapas no tienen mucha dificultad técnica, ya que las carreteras, pistas y senderos están en buen estado. Sin embargo, las dos últimas jornadas son mucho más largas que el resto y transitan por sendas de alta montaña en los Picos de Europa. Por este motivo es importante que cuentes con experiencia en este tipo de terreno y con una forma física que te permita afrontar las continuidad de nueve jornadas seguidas de pateo.

Del mismo modo, las primeras jornadas recorren numerosas poblaciones con servicios turísticos, por lo que puedes viajar ligero. La última etapa, sin embargo, es una de las más remotas y largas, por lo que es fundamental que lleves provisiones de sobra para alimentarte e hidratarte. En cuanto al vestuario, unas buenas zapatillas de senderismo, preferiblemente impermeables o repelentes al agua, son ideales para este camino. También un chubasquero y algo de abrigo para las primeras y últimas horas del día. El clima en Asturias y Cantabria suele ser húmedo, de ahí su intenso verdor.

Aunque el invierno no es demasiado duro en el norte, la altitud de los Picos de Europa aumenta las probabilidades de nieve. Por esto te recomiendo peregrinar hacia Santo Toribio desde la mitad de la primavera hasta la mitad del otoño. En verano el verdor se mantiene y las temperaturas suelen ser suaves. En primavera encontrarás la vegetación en pleno brote y el otoño es un festival de colores.

Recuerda llevar la cámara de fotos a mano, ya que las postales no se hacen de rogar en este fascinante camino histórico. Te deseo un buen peregrinaje.