Partes de Milán con la mochila a la espalda con el objetivo de llegar hasta el mar. Dejas atrás la metrópoli y su frenesí para explorar la campiña italiana y luego, paso a paso, el corazón de los Apeninos por senderos antiguos que conducen a las playas de Liguria. Es imposible no enamorarse de este itinerario.

En esta Colección te propongo una aventura de diez días que te lleva desde Milán hasta el mar siguiendo el Sentiero dei Celti e dei Liguri (Sendero de los Celtas y los Ligures), recién inaugurado y, por lo tanto, bien señalizado. Esta Ruta atraviesa tres regiones del norte de Italia: Lombardía, Emilia-Romaña y Liguria. Empieza en Milán y termina en Sestri Levante.

Algunas fuentes creen que Milán fue fundada por los celtas ínsubres. Se dice que trazaron un círculo mágico al norte de la zona de la plaza del Duomo, lugar en el que comienza el Sentiero dei Celti e dei Liguri. En dirección sur, el sendero atraviesa la llanura, pasa por la ciudad y la cartuja de Pavía, cruza el Po y se aproxima a los Apeninos a través de la región del Oltrepò Pavese para terminar en el mar de Liguria.

Los tramos más exigentes se encuentran en la espina dorsal de Italia, los Apeninos. Aquí el sendero se adentra en la provincia de Piacenza, entre los valles del Tidone y del Trebia, para tocar la ciudad de Bobbio y luego el monte Penna, el verdadero corazón del itinerario y cuyo nombre viene de Pen, el dios ligure de los bosques y las montañas. El mismo nombre de los Apeninos parece tener su origen en esta antigua divinidad. También te sumerges en la belleza del parque regional del Aveto, varios lugares de interés y el nacimiento de los ríos Taro y Ceno. Caminas también por la Alta Via dei Monti Liguri, entre altos puertos y vistas impresionantes. Con sus paisajes kársticos, esta es una de las zonas más interesantes de Italia. Para terminar, llegas a Sestri Levante y al mar.

El logo del sendero que puedes ver en el enlace sentierodeicelti.it está inspirado en el casco de los guerreros celtas y ligures. Y es que la Ruta sigue las huellas de estas tribus prerromanas. Como curiosidad, en Pontremoli se conserva un ejemplar de este tipo de cascos que se encontró en Pulica y en Parma otro que se encontró en Casaselvatica di Berceto.

Durante la aventura te enfrentas a 230 kilómetros y 6700 metros de desnivel. Tienes que echarle paciencia, te recomiendo que vayas a un ritmo lento. La Ruta está dividida en diez etapas que puedes adaptar a tus necesidades. Por el camino, encuentras una densa red de alojamientos y muchas oportunidades de probar los platos típicos de la región. Sin embargo, hay algunos lugares, como Nibbiano o Colombarone, en los que te recomiendo reservar con antelación o incluso hacer vivac o acampar en caso de que no haya nada disponible.

Este sendero puede recorrerse casi en cualquier época del año, excepto en invierno, porque puede haber zonas nevadas o especialmente frías. En cualquier caso, lleva siempre el equipo necesario para afrontar cambios bruscos de temperatura y un cortavientos, sobre todo para los Apeninos. No tendrás problemas para encontrar tiendas donde aprovisionarte o fuentes de agua a lo largo de la Ruta. En cuanto a la logística, el punto de partida de la Ruta es la Piazza del Duomo de Milán, conectada por metro con las estaciones de tren de la ciudad y, por lo tanto, fácilmente accesible desde cualquier punto del norte de Italia. El punto final de la Ruta es Sestri Levante, que también cuenta con estación de tren.

¿A qué esperas? ¡Prepara la mochila y sal a explorar este maravilloso sendero!